
Todos los primeros sábados de mes se congregan ante la imagen de la Virgen
Cincuenta años sin interrupción rezando el rosario en el parque del Oeste de Madrid
No han faltado un solo primer sábado de mes desde 1975 a su cita con la Virgen María, ante la que oran para pedir por España
Empezó, como tantas cosas de Dios, en silencio y sin estridencias. Y, en gran medida, así sigue, 50 años después. Pocos saben que todos los primeros sábados de mes, a las 17:00 horas, un puñado de personas se acercan hasta el monumento a la Santísima Virgen Madre, en el parque del Oeste de Madrid, en el Paseo de Camoens, junto a la gran fuente que allí se encuentra. Allí sacan devotamente sus rosarios y los comienzan a desgranar al ritmo de las avemarías.
Son miembros de la Campaña Nacional de Oración: Invocación Nacional a la Santísima Virgen, una asociación privada de fieles nacida en 1975 por iniciativa de un pequeño grupo seglar encabezado por Juan Bautista Sánchez del Corral y del Río. Su objetivo principal es «fomentar la devoción a la Santísima Virgen María, especialmente mediante la difusión del rezo del Santo Rosario, como respuesta a la creciente desmoralización y descristianización de nuestra Patria», explican sus promotores.

El monumento a la Virgen del parque del Oeste fue erigido en 1998
El monumento a la Santísima Virgen Madre fue erigido en 1998 gracias a su iniciativa. La Campaña –como la denominan– había comenzado en el parque de El Retiro, trasladándose posteriormente a la Plaza de la Villa de París y, finalmente, al Parque del Oeste. Pero les faltaba algo fundamental: una imagen de la Virgen ante la que rezar el rosario.
Así que, a base de donativos y por suscripción pública de fieles de toda España y de 869 conventos de clausura femeninos, pudieron costear finalmente el bello monumento. Fue bendecido por el cardenal Marcelo González Martín el 7 de octubre de 1998, festividad de Nuestra Señora del Rosario.
Realizada en bronce, obra de Prudencia Sanz Sanz, la imagen está aureolada con 12 estrellas y representa a María pisando la cabeza diabólica, sobre una esfera que contiene tierra de todas las regiones de España. La columna que la sostiene representa los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos del rosario, así como los dogmas marianos.