Yo soy Custodio
Si se quiere sentar en el banquillo al Padre Custodio, tengo el derecho, por mi autoinculpación, a sentarme a su lado
Me gustaría decir «Yo soy el Padre Custodio», pero en el escrito de Conclusiones Provisionales, 25 junio 2019, firmado por Dª María Teresa Verdugo, entonces delegada de Delitos de Odio de la Fiscalía Provincial de Málaga, y desde mayo 2025 Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y la No Discriminación (Ministerio de Igualdad), es nombrado como acusado Custodio Ballester Bielsa. Si bien, en la única de las 23 páginas de todo el escrito que menciona a Custodio Ballester, se refiere a él en un momento como el «Padre» entrecomillado.
En enero hace diez años dos musulmanes entraron armados en la sede parisina de la revista satírica Charlie Hebdo, y asesinaron a doce personas hiriendo a otras muchas. Los asaltantes asesinos se identificaron como miembros de una rama de Al Qaeda, y cometieron los crímenes en respuesta a unas caricaturas publicadas por Charlie Hebdo sobre el Islam/Mahoma.
Y surgió rápidamente el movimiento «Yo soy Charlie», como reacción a la masacre, solidaridad y símbolo de la defensa de la libertad de expresión.
El 28 diciembre 2016, el Padre Custodio publicó un artículo titulado El imposible diálogo con el Islam, en respuesta a una carta dominical del arzobispo de Barcelona, cardenal Omella, titulada El necesario diálogo con el Islam.
En este diario se publicó el martes 23 de este mes un artículo de César Alcalá sobre «Islamistas vinculados al partido de Colau buscan encarcelar a un sacerdote de Barcelona por delito de odio», que con claridad cuenta el para mi despropósito de la acusación al Padre Custodio.
El padre Custodio Ballester, sacerdote de Barcelona, en una imagen de archivo
Es llamativo que solamente una página de las 23 páginas del escrito de Conclusiones Provisionales de la Fiscalía se refiera a Custodio Ballester. Es llamativo que del artículo del Padre Custodio en respuesta a la carta dominical del Cardenal Omella solamente transcriba tres líneas. Es llamativo que al contrario de lo que hace la Fiscalía en su escrito en relación a otros artículos, aquí, en el del Padre Custodio, no precise el número de lecturas del mismo. Y en cuanto a la entrevista posterior al artículo a Custodio Ballester, no precise la fecha de la misma. Etcétera, etcétera.
Leído en su integridad el artículo (al margen del escrito de Conclusiones, donde solamente se transcriben tres líneas), así como las respuestas (¿todas o algunas?) del Padre Custodio en una entrevista en fecha que no se dice, se tiene que concluir necesariamente que no hay ninguna conducta delictiva en lo expresado, por escrito y oralmente, y se recuerda la distinción entre ambas formas de expresión en la jurisprudencia de Estrasburgo.
Pero, si no obstante la evidencia de la ausencia de un delito de odio y sí la presencia de un ejercicio normal de la libertad de expresión, la Fiscalía correspondiente de Málaga pretende el próximo miércoles 1 de octubre seguir acusando a Custodio Ballester, entonces, alto y claro, y rotundamente digo:
YO SOY CUSTODIO, y me autoinculpo de la comisión del mismo delito del artículo 510 CP por el que se quiere acusar a Custodio Ballester, pues coincido con su escrito y respuestas orales, las afirmo, las firmo y las ratifico, y tengo derecho entonces a ser acusado como Custodio Ballester.
Por lo que ruego públicamente, si se persiste en tal acusación, se suspenda el juicio, y previa ampliación de la acusación contra el que suscribe, se señale nueva fecha para el juicio.
Y un ruego: la acusación, toda acusación debe apoyarse en hechos o declaraciones del acusado. No es admisible una recreación interesada de las mismas. Y en este caso, se dice a modo de resumen de la breve página referida a Custodio Ballester, que para el acusado, «todos los musulmanes, sin excepción, son violentos». No se construye una acusación con falsedades, e insultando a la inteligencia.
YO SOY CUSTODIO. Y si se quiere sentar en el banquillo al Padre Custodio, tengo el derecho, por mi autoinculpación, a sentarme a su lado.
(Mis datos personales, dirección, etcétera están a disposición de la Fiscalía, y puede solicitar de este diario mi número de teléfono para que se los proporcione).
- Javier Borrego Borrego es abogado del Estado, Juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y Magistrado del Tribunal Supremo. Hoy, abogado en ejercicio