Fernández Vara saluda en 2018 al Papa Francisco, en compañía del arzobispo emérito de Mérida-Badajoz, monseñor Celso Morga
Fernández Vara fue «un hombre de fe» que «nunca ocultó su ser católico», según los obispos de Extremadura
Los tres prelados escriben un comunicado conjunto en el que se unen «al dolor de sus familiares y amigos, de su partido y de cuantos hoy lloran su muerte», y destacan que se trataba de «un cristiano que mantuvo clara su identidad»
El expresidente de la Junta de Extremadura y el que fuera secretario general del PSOE regional durante 16 años, el socialista Guillermo Fernández Vara (1958-2025) «ha sido y es, sin duda, todo un referente para nuestra región». Así lo consideran los tres obispos de la provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz, monseñor José Rodríguez Carballo, arzobispo de Mérida-Badajoz; monseñor Jesús Pulido Arriero, obispo de Coria-Cáceres, y monseñor Ernesto Jesús Brotóns Tena, obispo de Plasencia, en un comunicado conjunto.
«Nos unimos al dolor de sus familiares y amigos, de su partido y de cuantos hoy lloran su muerte, a la vez que reconocemos con gratitud la entrega y servicio a nuestra tierra del que ha sido y es, sin duda, todo un referente para nuestra región», afirman en la nota.
Los tres prelados han concelebrado la misa de funeral por su eterno descanso en la mañana de este lunes en la iglesia Santa María Magdalena, en Olivenza, «templo al que Guillermo acudía todos los domingos para participar en la eucaristía», ha asegurado en la homilía monseñor José Rodríguez Carballo. El arzobispo de Mérida-Badajoz ha loado la figura del político socialista, que «en su vida como cristiano nunca ocultó su ser católico, manifestando también públicamente la pertenencia a la Hermandad del Descendimiento y la Soledad de Olivenza, en las que procesionaba». También ha recordado que, «antes de comprometerse en la vida política, fue catequista de confirmación durante 10 años en esta parroquia».
«Guillermo era un hombre de fe y creía en la resurrección», ha subrayado el prelado, por lo que considera que «hoy podemos decir que ha muerto un hombre bueno y un cristiano que mantuvo clara su identidad como tal en todo momento». «Fue, además, un político comprometido en la vida pública, buscando el bien de Extremadura, y todo ello sin dejar de ser y de presentarse como cristiano», ha insistido monseñor Rodríguez Carballo. A juicio del prelado, «su ser de político cristiano se reflejaba en su estilo de vida: cercano, sencillo, dialogante, sin querer herir al adversario político».