El Gobierno evidencia su sintonía con los ideales de la masonería en la reapertura de su templo más icónico

La cantinela fue la habitual en estos casos: la masonería es «luz», «progreso y libertad de pensamiento» y «búsqueda de la verdad, de la evolución, de la sabiduría» frente a «épocas oscuras». El Gobierno ayer no pareció cumplir con la supuesta laicidad y neutralidad de la que hace gala cuando se trata de celebraciones religiosas de otros credos –en especial, el mayoritario en España– y se deshizo en elogios hacia la secta masónica durante la reapertura del Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife.

Tres millones de euros ha destinado el Ministerio de Cultura para unas obras de rehabilitación que se iniciaron en 2022 y culminaron ayer con la reapertura del inmueble, según ha informado Ep. La ocasión lo merecía, y hasta allí se desplazaron el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez; el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y la presidenta del Cabildo tinerfeño, Rosa Dávila.

Bermúdez manifestó que «Santa Cruz se honra a sí misma al volver a encender una luz que nunca debió apagarse», porque se abren «de nuevo» las puertas del Templo Masónico. A juicio del alcalde, no se trata de un «edificio cualquiera, ya que este Templo, único en España y elemento referencial de la arquitectura masónica internacional, fue promovido y construido por hombres que creían en el progreso y la libertad de pensamiento, valores que no pueden ni deben olvidarse». «Su fachada, de inspiración egipcia, las columnas del Templo de Salomón, que se alzan hacia el cielo, las esfinges que lo custodian y el ojo que todo lo ve en su frontón, hablan de un mismo anhelo: la búsqueda de la verdad, de la evolución, de la sabiduría», prosiguió.

El regidor dejó patente la buena sintonía que le une con la secta masónica, al ponderar la figura de Jesús Soriano, del Supremo Consejo del Grado 33 y Último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España, con el que se firmó un convenio de colaboración en 2013, así como para «el resto de órdenes masónicas que han transmitido su apoyo».

Fernando Clavijo –de Coalición Canaria, como Bermúdez– se refirió a «las persecuciones por el odio y la falta de libertad durante la dictadura», mientras que el ministro Ángel Víctor Torres definió al edificio como «un bien cultural que nunca debió ser expoliado». Con su reapertura, «se recupera la memoria de la masonería en Canarias, que fue silenciada por defender la libertad, la igualdad, la fraternidad y la educación laica».