Fundado en 1910
Los tres neosacerdotes, junto a monseñor

Los tres neosacerdotes, junto a monseñor Antonio Gómez CanteroDiócesis de Almería

Tres nuevos sacerdotes para Almería

Hacía casi una década que la diócesis andaluza no era testigo de una 'triple' ordenación sacerdotal

La catedral de Almería acogió ayer la ordenación sacerdotal de tres jóvenes seminaristas: Juan Antonio Pérez de Félix, Antonio Jesús Navarro Vicente y Jesús Manuel Rodes Cano. Hacía casi una década que no se producía una «ordenación triple» en la diócesis andaluza.

La catedral se quedó pequeña para acoger a todos los presentes: sacerdotes diocesanos, venidos de otras diócesis, religiosas, familiares, y fieles procedentes de las parroquias en las que están destinados —Adra, Albox y Vera— así como de sus pueblos natales: Félix, Los Gallardos y Antas.

Durante la celebración, los candidatos escucharon las lecturas proclamadas por seminaristas, y tras el Evangelio fueron presentados por el rector del seminario, Ramón Carlos Rodríguez García, quien reconoció la «dignidad» de los candidatos para recibir el sacramento.

En su homilía, el obispo de Almería, monseñor Antonio Gómez Cantero, saludó a las familias y a los feligreses venidos de todos los rincones de la provincia. Dirigiéndose a los candidatos, les invitó a recordar con gratitud a todas aquellas personas —abuelos, catequistas, familiares y compañeros— que les han acompañado a lo largo de su camino.

A continuación, se iniciaron los ritos propios del sacramento del orden presbiteral. El rito central incluyó la imposición de manos por parte del obispo, acompañada de la oración consagratoria, mediante la cual se invoca el Espíritu Santo para conferir al candidato el don del sacerdocio.

Símbolos del sacerdocio

Posteriormente vinieron los ritos complementarios: La investidura con los ornamentos sacerdotales (estola y casulla), la unción de las manos con el santo crisma, signo visible de la gracia sacerdotal, y la entrega del cáliz y la patena al nuevo sacerdote —símbolo de su misión de presidir la eucaristía y ofrecer el sacrificio como ministro de Cristo.

Especialmente conmovedor fue el momento en que sus hermanos sacerdotes impusieron las manos sobre ellos, manifestando la comunión del presbiterio diocesano. Tras estos signos, los nuevos presbíteros celebraron la eucaristía por primera vez junto al obispo y al resto del presbiterio, asumiendo oficialmente su ministerio sacerdotal.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas