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26 de abril de 2024

Hebe Bonafini en una de sus múltiples intervenciones públcicas

Hebe Bonafini en una de sus múltiples intervenciones públcicasTwitter @CFKArgentina

Hebe Bonafini murió reconciliada con la fe, gracias al Papa Francisco

Después de haber insultado a la Iglesia y al Papa Francisco, este nunca dejó de hacer gestos de acercamiento a la activista argentina

La activista Hebe de Bonafini, fundadora de la Asociación de las Madres de Plaza de Mayo y fallecida este domingo, recibió la visita del arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, quien le transmitió un nuevo saludo del papa Francisco, por quien, decía la misma Bonafini, había vuelto a la fe. Por eso, reconocía que estaba «lista» para morir, tal y como el obispo ha relatado en Twitter.
Vehemente en las formas, Bonafini tuvo declaraciones y acciones muy polémicas a propósito de la política internacional, contra la Iglesia, y a favor de las FARC y ETA.

No le cierro la puerta. Lo que veo allí es el dolor de una madrePapa Francisco

Deseó la muerte de San Juan Pablo II: que se «queme en el infierno», dijo, además de apoyar el aborto «porque había que oponerse a todo lo que la Iglesia católica proponía». Pero el Papa Francisco nunca dejó de acercarse a ella.
En una carta difundida por la agencia Télam, Francisco le escribía a un amigo:
«Esta señora, desde la plaza (de Mayo), me insultó varias veces con artillería pesada pero a una mujer a quien le secuestraron los hijos y no sabe cómo y cuánto tiempo los torturaron, cuándo los mataron y dónde los enterraron, no le cierro la puerta. Lo que veo allí es el dolor de una madre. Si me usa o no me usa no es mi problema. Mi problema sería no tratarla con la mansedumbre de pastor», señaló Francisco.

Recuperó la fe por Francisco

Finalmente, el Papa pudo recibirla en 2016. «Me parece que Bergoglio, cuando se transformó en Francisco, creció más todavía. Y se lo dije, le dije que me disculpaba porque me había equivocado», dijo en ese momento Bonafini.
En declaraciones a la radio, Bonafini relató el encuentro y su reconciliación con el Papa: «Él me había invitado muchas veces al Vaticano. A mí me parecía que no debía ir porque me había peleado muchas veces con él. Hasta que un día mandó a un obispo a mi casa, con quien charlé y acepté la invitación de visitarlo».
Bonafini relató que «había perdido la fe completamente« y cuando comenzó a hablar con el Papa, »me devolvió la fe, tan necesaria… Sin fe no se puede vivir, y gracias a esa fe yo hablo con mis hijos todas las noches».
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