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06 de mayo de 2024

Joaquín García Huidobro, autor de Pienso y creo

Joaquín García Huidobro, autor de Pienso y creoUniversidad de los Andes

Creo y Pienso, de Joaquín García-Huidobro

El libro para «cristianos un poco desanimados» que aborda las enfermedades de los creyentes en el siglo XXI

Joaquín García-Huidobro toma como ejemplo Las Crónicas de Narnia, indica que un largo invierno parece extenderse sobre la tierra, como pasa en El león, la bruja y el armario: «es la ola fría y gris del secularismo».

Si le preguntaran a Joaquín García-Huidobro cuáles son las dos enfermedades que achacan hoy a los cristianos respondería que la melancolía y el pesimismo. «Veo que muchos cristianos están muy desanimados, aunque tampoco los ateos y agnósticos gozan de muy buena salud», escribe el doctor en Filosofía y en Derecho en su último libro, titulado Creo y pienso.
A estas dos añade el autor «una especie de esquizofrenia» que «los lleva a mantener vidas separadas: de una parte, está la familia o la asistencia a determinadas ceremonias religiosas; de otra, en cambio, se hallan su vida política o sus negocios, donde impera una lógica completamente diferente», explica.
Esta escisión entre las convicciones personales y la actuación pública tiene una causa concreta, que el autor diagnostica en otra dolencia de los cristianos del siglo XXI: «una suerte de anemia que los hace estar especialmente desvalidos en el terreno intelectual».
Por ello, añade, no se han preocupado de conocer las razones que están detrás del respeto por la vida o del cuidado de la ética en los negocios. «Ignoran la fuerza racional que apoya la moral cristiana, por la simple razón de que, aunque en otras materias puedan ser rigurosos, no se han tomado la molestia de leer a algunos de los numerosos autores que han tratado las cuestiones que se debaten en la esfera pública», indica al tiempo que cita a Mary-Ann Glendon, Robert Spaemann, Robert P. George o Chantal Delsol.

La ola gris y fría del secularismo

De todo ello habla García Huidobro en su obra sobre la fuerza racional de la fe cristiana, en el que afirma que «somos testigos de innumerables defecciones; del mal ejemplo cristianos relevantes en la vida pública o eclesiástica que no han estado a la altura de lo que correspondía esperar de ellos», escribe. Tomando como ejemplo Las Crónicas de Narnia, indica que un largo invierno parece extenderse sobre la tierra, como pasa en El león, la bruja y el armario: «es la ola fría y gris del secularismo».
Continúa el doctor en Derecho y Filosofía que estas dolencias que padecen los creyentes pueden deberse no solo a que tengan que vivir su fe en un medio adverso, sino también porque «ahora carecen de ese manto protector compuesto de leyes y estructuras al que se habían acostumbrado», escribe; es decir, ahora son responsables de mantener y difundir su fe.
La solución a este desolador panorama pasa por una función social que el cristiano está llamado a desempeñar. «En un mundo que parece tambalearse, donde todo se ve como perecible, él puede mostrar a los demás que la fidelidad es posible», explica y recuerda las palabras de Chesterton cuando dijo que «una sociedad cristiana se fundaba en dos pilares: matrimonio indisoluble y celibato apostólico, y que cuando uno falla el otro necesariamente resulta afectado». Esta fidelidad «permite vivir en una sociedad líquida –la de hoy– sin resultar destruido».
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