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06 de mayo de 2024

María Arranz, Valladolid (1961)

María Arranz, Valladolid (1961)Cedida

Un nuevo libro rescata la historia «en femenino» de los inicios del Opus Dei

En 'Las mil primeras', los investigadores María Luisa Galdón y Julio Montero-Díaz dan cuenta de las biografías de las supernumerarias que entraron a la Obra entre 1945 y 1963

Aurora Nieto, Ramona Sanjurjo, Amalia García de Oteyza… y así hasta mil nombres. Ellas son las protagonistas de Las mil primeras, una ambiciosa investigación realizada por María Luisa Galdón y Julio Montero-Díaz que documenta las vidas de las primeras supernumerarias del Opus Dei, que entraron a la Obra entre 1945 y 1963. Una generación que, según sus autores, protagonizó una «revolución apasionante y serena» en una España marcada por el régimen franquista.
«Ellas no tuvieron miedo; se pusieron el mundo por montera», aseguraba Galdón en la presentación del libro en la Universidad CEU San Pablo. En el acto, organizado por la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria, la historiadora destacó la actitud valiente de las primeras supernumerarias: «No tuvieron miedo; afrontaron circunstancias bastante diferentes a las actuales, pero no por ello menos difíciles», destacó.
Por su parte, Montero-Díaz, destacó que, en un contexto cultural en el que «lo que se esperaba de la mujer era que estuviese tranquila y no hiciese nada», estas pioneras «supieron ir siempre un paso por delante que sus compañeras». En concreto, se refiere a acciones que hoy vemos habituales, pero que entonces no lo eran, como viajar solas para acudir a unas convivencias o pedir fondos para levantar un colegio. «Supieron no dar importancia a algunas cosas para hacer otras con un poco más de audacia», apuntaba el catedrático de la Universidad Internacional de La Rioja.
Pilar Míguez, Santiago de Compostela (1963)

Pilar Míguez, Santiago de Compostela (1963)Cedida

Supernumerarias

El Opus Dei se fundó en 1928, pero pasaron veinte años hasta que se abrió a la incorporación jurídica de hombres y mujeres casados –o con deseo de formar una familia– como miembros de la Obra. Los primeros supernumerarios, como se conoce aún hoy esta figura, fueron admitidos en 1948. Posteriormente, se abrió la puerta a las mujeres: la primera hornada conocía la institución por sus maridos, hermanos, tíos o hijos.
«Este conjunto de personas –apunta Montero-Díaz en la web del Opus Dei– manifestaba una novedad muy importante: una mujer casada, una ama de casa española de los años 50, podía aspirar a ser santa, y la Iglesia lo reconocía». Para los autores de Las mil primeras, la incorporación de las supernumerarias fue lo que completó la fundación del Opus Dei, porque «puso de manifiesto la llamada universal a la santidad». Según los datos aportados por la prelatura, en 2020 en torno al 70 % de sus 93.400 miembros eran supernumerarios.
Pilar Míguez, Santiago de Compostela (1963)

Pilar Míguez, Santiago de Compostela (1963)Cedida

Material inédito

Las mil primeras se empezó a fraguar, explicaron sus autores, durante un congreso sobre historia del Opus Dei. «Escuché hablar a María Luisa y pensé: aquí hay una historia», relataba Montero-Día durante la presentación, y destacó el valor de las fuentes usadas. «Ella tenía realizadas unas 80 entrevistas, y también contábamos con cartas, y biografías escritas por allegados… Un material inédito, de fuentes primarias, que además nos permitía algo que no es habitual para los historiadores: entrar en los sentimientos de las personas, que son básicos», relató.
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