
Franz Reinisch, sacerdote asesinado por no prestar juramento a Hitler
El único sacerdote que no juró fidelidad a Hitler fue decapitado hace 80 años
Franz Reinisch fue decapitado el 21 de agosto de 1942 por negarse a prestar juramento a Hitler tras ser llamado a filas. Este domingo, se cumplen 80 años de su muerte
«El fin del sufrimiento y el comienzo de la eternidad serán magníficos», escribía Franz Reinisch a su padre tras ser condenado a muerte. Fue sentenciado el 7 de julio y decapitado el 21 de agosto de 1942 por negarse a prestar juramento a Hitler tras ser llamado a filas.
Los «felices años 20» en Alemania llevaron, además de la República de Weimar, a una decadencia moral y un libertinaje sin precedentes; de hecho, es bajo la República cuando se abre en Berlín la primera clínica 'trans' de la historia, donde se realizaban operaciones de «conversión genital».

Franz Reinisch, junto a sus padres en Innsbruck en abril de 1942
En 1923, cuando estudiaba Medicina legal en Kiel, ciudad donde se inició en 1918 la revolución que impulsaría la República de Weimar, Franz sintió la vocación sacerdotal. Aquel panorama conmovió su alma. Tras un mes de retiro y testigo de la miseria moral que imperaba, sintió la vocación de «ganar almas para Cristo». Finalmente fue ordenado en 1928.
Tras ponerse la sotana, comenzó el noviciado palotino en Untermerzbach. A través de los padres palotinos, en 1934, conoció el movimiento Schönstatt. Ya hacía un año desde que Hitler llegara al poder como canciller.No tardó en enemistarse con el nacionalsocialismo, condenando la actuación del III Reich tras la «noche de los cuchillos largos», cuando se ordenó ejecutar personas sin sentencia judicial. Tampoco aprobaba la incorporación de Austria al Reich.
Contra mi conciencia no puedo ni quiero actuar
Franz tenía claro desde que murió el presidente Von Hindenburg, en 1934, que no prestaría el juramento de fidelidad, pues no solo había cambiado el presidente, si no que también había cambiado la formulación del mismo juramento, que pasó a ser: «Prestaré obediencia incondicional al Führer del Reich y Pueblo Alemán, Adolf Hitler».
El padre Reinisch no dudaba en proclamar su posición contraria al régimen, a pesar de saber que: «muchos sacerdotes piensan de otra manera que yo; pero por mucho que examine mi conciencia, no puedo llegar a ninguna otra conclusión. Y contra mi conciencia no puedo ni quiero actuar». Y condenaba el juramento que le llevó a la muerte: «No se puede prestar el juramento, la jura a la bandera nacionalsocialista, al Führer. Eso es pecado, pues sería como prestar juramento a un criminal…»

80 aniversario de su muerte
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Iniciada la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1940, se le prohibió la predicación, lo que le habilitaba para ser llamado a filas. Menos de un año después, en marzo de 1941, Franz recibía la orden de reclutamiento que se haría efectiva algo más de un año después, en abril de 1942. Una vez en el cuartel correspondiente, el día 15 de abril, Franz comunicó su negativa a jurar lealtad a Hitler, tras lo que fue llevado a la prisión de Berlín-Tegel.
Después de casi cuatro meses de encarcelamiento, fue juzgado por el Tribunal Militar del Reich, que lo condenó a muerte. El padre Franz declaró: «El condenado no es un revolucionario, un enemigo del Estado y del pueblo, que lucha con la violencia; es un sacerdote católico que utiliza las armas del Espíritu y de la fe. Y sabe por lo que está luchando».
Una vez condenado fue trasladado a la prisión de Brandenburg-Görden donde sería ejecutado. Un mes y dos semanas después del juicio, el 21 de agosto de 1942, Franz Reinisch era decapitado.