Santiago Mata: «El odio de Hitler era contra la religión, contra la cristiana en particular»

Santiago Mata, autor de Mártires cristianos bajo el nazismo, destaca el compromiso de católicos protestantes y ortodoxos en la defensa de la dignidad del hombre frente a las persecuciones hitlerianas. ¿Por qué haber escrito este libro ahora?

Podía haber sido otro libro puesto que Mata, cuando terminó el dedicado a la Virgen de Guadalupe, planteó varias posibilidades a la editorial, pero terminó eligiendo la temática martirial.

–Pero habrá algún componente de preferencia personal…

–Siempre me han gustado los mártires. He escrito libros sobre los mártires de España y también he estudiado los de la Segunda Guerra Mundial y el nazismo.

–Empecemos por el último canonizado, Titus Brandsma.

–Es el tercer santo canonizado por el nazismo. El primero fue San Maximiliano Kolbe. La segunda fue Santa Edith Stein, también muy conocida. Brandsma destacó, básicamente, por su apoyo a los obispos para convencer a los políticos católicos que no publicaran propaganda nazi. Por eso le detuvieron y acabó siendo asesinado en el campo de Dachau.

–Todo un ejemplo.

–Era una eminencia, tradujo las obras de Santa Teresa al holandés. Eminencia científica, universitaria –fue rector de su Universidad– y sobre todo un hombre coherente que supo dar la cara.

–¿Se podría haber evitado la redada que se llevó por delante a Santa Edith Stein si los obispos holandeses no hubieran publicado la pastoral condenando el nazismo?

–Sí, claro. De haberse callado, no les hubieran castigado. Primero denunciaron ante los nazis la deportación de los judíos y el jefe de los nazis en los Países Bajos, les dijo: «si no lo decís públicamente, no os tocamos. Como digáis algo, deportaremos también a los judíos de origen cristiano».

–¿Fue un error esa pastoral?

–Decir la verdad, nunca es un error.

–¿Podían haber medido sus consecuencias algo mejor?

–Las midieron perfectamente: la amenaza era clarísima. Es como cuando uno dice que se juega su vida y la de los demás. Es el miedo a la represalia que tiene mucha gente y por el que a menudo justifica su silencio.

–¿Cuál sería la especificidad cristiana en la lucha antinazi?

–La caridad para con el prójimo, salir en defensa de uno que no es de tu grupo. Como cuando Santa Edith Stein le dice al Papa que no podemos tolerar que un régimen que se dice cristiano –el nazismo se tenía como tal en cierta manera– esté proclamando el odio a un pueblo entero, en este caso el judío. El motivo eran los judíos. Luego, hay casos como en el de Polonia en el que la Iglesia se convirtió en un objetivo directo. Pero ya desde 1933…

Hay un margen entre aguantar y ser mártires, por una parte; y, por otra, incitar a la rebelión y reclamar los derechos de la Iglesia o de DiosSantiago Mata

–Año en el que Santa Edith escribe una carta profética al Papa.

–Más profético aún es Fritz Gierlich con su lucha contra Hitler desde 1923, inmediatamente después del golpe. Hubo gente que vio venir de más lejos que lo único que difundía este hombre era odio. Y eso es incompatible con el cristianismo.

–Aun así, aunque quedase claro desde el principio, hay cristianos contrarios al nazismo que fueron sujetos a controversia. El cardenal Von Galen, por ejemplo.

–Hay gente que no predica la rebelión: es lo que hace Von Galen a pesar de sus críticas y denuncias. Es como decir: «aguantad». Hay un margen entre aguantar y ser mártires, por una parte; y, por otra, incitar a la rebelión y reclamar los derechos de la Iglesia o de Dios. Von Galen, al final sí que dio a entender que el Gobierno que aplasta los derechos pierde su legitimidad.

–¿Entonces?

–Simplemente decir que pierde legitimidad no es incitar a la oposición activa. Von Galen nunca pidió abiertamente sublevaciones, sino que cada cual, en conciencia, actuara.

–Rescata en el libro a figuras heroicas ya conocidas como el pastor Dietrich Bönhoffer y a otras que lo son un poco menos, como el padre Bernhard Liechtenberg.

–Un cura que, desde la Noche de los Cristales Rotos, en noviembre de 1938, pedía a diario en misa por los judíos y por el resto de las personas que estaban en campos de concentración. En un momento se le enciende la luz y tiene la valentía de proclamarlo en la Eucaristía. Después, el murió en un campo de concentración. El que permanecía callado, no tenía nada que temer de los nazis.

No hay una lista de mártires protestantes, pero los estudiosos protestantes sí que han elaborado la lista de todos ellosSantiago Mata

–Del libro también se desprende que hay que considerar a católicos y protestantes mártires por igual.

–Eso es importante: el odio de Hitler era contra la religión, contra la cristiana en particular. Intento hacer una obra de todos los mártires que cada confesión cristiana considera como tales. También los hay ortodoxos. Pero con el matiz de que las iglesias protestantes no veneran propiamente a los santos.

–No les consideran intercesores.

–Pero no considerarles intercesores no significa no reconocer sus méritos ni que no hayan muerto por la fe. Oficialmente no hay una lista de mártires protestantes, pero los estudiosos protestantes sí que han elaborado la lista de todos ellos.