La editorial Encuentro ha publicado todos los escritos inéditos del beato en 'Resistir al mal. Cartas y escritos de la prisión'
Los escritos inéditos del beato Franz Jägerstätter: resistir al nazismo con un amor inmortal
El beato Franz Jägerstätter, campesino austriaco, casado, padre de tres niñas y ferviente católico, fue ejecutado en 1943 por negarse a servir en el ejército nazi. La editorial Encuentro ha publicado los escritos, alguno de ellos inédito y recientemente encontrado en su pueblo natal
Franz Jägerstätter atendió a los dictados de su conciencia, incluso en contra de de las recomendaciones de las autoridades eclesiásticas. Se negó a participar en una guerra que consideraba a todas luces injusta, con una valentía singular en la Alemania de la Segunda Guerra Mundial y que le llevó al martirio. Benedicto XVI beatificó al campesino alemán por su fidelidad a Cristo en una época y en un país envenenado de totalitarismo.
La editorial Encuentro publica por primera vez todos los escritos de Jägerstätter en Resistir al mal, cartas y escritos desde la prisión, desde el período de instrucción militar en la Wehrmacht hasta prácticamente el día de la ejecución.
Parroquia de Sank Radegunt
Resulta conmovedora toda la primera parte del libro, en la que se recoge la correspondencia mantenida con su esposa Franziska, mientras que la segunda está compuesta por las diversas reflexiones sobre la vida espiritual y la fe cristiana escritas en su cautiverio hasta el martirio final. Además, incluye un texto inédito, escrito días antes de su arresto y encontrado recientemente en en su pueblo natal, Sankt Radegunt.
En el prólogo al libro, el filósofo Miguel García Baró recuerda que el conocimiento del beato ha llegado a través últimamente de la película A hidden life de Terrence Malick sobre la figura de este hombre que «sabía, como los mayores sabios antiguos y todos los hombres que son seriamente religiosos, que la bondad nos protege absolutamente del mal, aunque todos proclamen constantemente lo contrario. El amor de este hombre alcanzó tal grado de limpieza que nos desafía a todos sin remedio y sin tregua».
Tumba de Franciska y Franz Jägerstätter
El postulador de la causa de beatificación de Jägerstätter, monseñor Manfred Scheuer, introduce las cartas del beato como un «sí rotundo a la vida y al amor»; un sí que le convierte en mártir. «Franz –a juicio de Scheuer– compara su destino y el de su mujer con aquel dolor que Jesús tuvo que infligir a su madre cuando asumió sobre sí la pasión. Por eso la muerte no separó el matrimonio ni disolvió el amor entre ambos. Dios condujo ese amor a través de la cruz hasta la consumación».
Para Scheuer, «las cartas nos comparten la vida cotidiana, el trabajo, el entorno vital, la piedad, las relaciones con los parientes...», por eso conforman un testimonio de comunión, fe y oración familiar, como reconoce la propia Franziska en una carta al sacerdote Heinrich Kreutzberg, fechada el 5 de septiembre de 1943:
«Puedo asegurarle que nuestro matrimonio fue uno de los más felices de nuestro pueblo. Muchos nos envidiaban. Pero el Señor lo ha pensado de otro modo y ha soltado el bello lazo. Me alegro de que nos podamos encontrar en el cielo, donde ninguna guerra podrá ya separarnos».
En el epílogo a la obra escrita del beato y publicada por la editorial Encuentro el cardenal Christoph Schönborn rememora su recuerdo sobre la esposa de Jägerstätter en el momento en que este le presentó al Papa san Juan Pablo II y le hizo la señal de la cruz en la frente y ella hizo lo mismo con el Papa polaco, o recuerda su cien aniversario en la parroquia de san Radegunt rodeada de jóvenes y Franziska se pregunta, como signo de amor imborrable e imperecedero por su marido: «¿ aún podrá reconocerme mi querido Franz? Ya soy una mujer anciana...».
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