
San José juega con el Niño Jesús en la 'Sagrada Familia del pajarito', de Murillo
Desde huir a Egipto hasta perder a su hijo: un recorrido silencioso en los siete dolores y gozos de san José
La Iglesia invita los siete domingos previos al 19 de marzo, fiesta del santo patrón de la Iglesia universal, a profundizar y meditar en la vida del padre adoptivo de Jesús
su silencio es quizás lo que más ha resonado durante más de 2.000 años. Pero no fue un silencio de timidez o de resignación ante una realidad, fue el de un hombre de una caballerosidad arrolladora que con una discreción y una fuerza difíciles de imitar no solo aceptó, sino que abrazó el plan que Dios tenía preparado para él.
José, descendiente de Abraham y perteneciente al linaje de David, fue el elegido para desposar a una joven virgen de Nazaret llamada María, la criatura más bella que jamás ha existido, concebida sin mancha ni pecado. Fue un desposorio feliz entre dos jóvenes enamorados, quienes hicieron una promesa de castidad por un amor más grande que ellos mismos, un voto que José honró y conservó, guardando siempre ese precioso tesoro.
Sin embargo, esa feliz realidad se vería turbada poco tiempo después. Descubrir que la mujer con la que estaba comprometido estaba embarazada no fue un golpe fácil de asimilar, como tampoco lo sería saber que el fruto de su vientre no era otro que el Hijo de Dios.
Después de nueve meses, tomar un burro y recorrer junto a María 150 kilómetros pocos días antes de que esta diera a luz, sumado a las incomodidades del viaje, no ser recibido en Belén, la persecución posterior al Nacimiento de Jesús, cuando intentaban matar al niño, huir a Egipto y comenzar una nueva vida en un lugar que ni siquiera había previsto pisar, perder a su hijo y estar tres días buscándolo, o soportar con dolor las palabras que le dijeron a su esposa: «una espada te traspasará el alma», fueron circunstancias más que difíciles y oscuras que pondrían a prueba la fortaleza y fe de este carpintero.
¿Y cuál fue la respuesta de este santo varón ante todo esto? Silencio. Y obedecer. Con alegría, libertad, docilidad, abandono y, sobre todo, con una fe absoluta y admirable en la Providencia. Es precisamente ese entretejido de dolores y gozos que vivió el padre adoptivo de Jesús, que la Iglesia, siguiendo una antigua costumbre, invita a profundizar y meditar desde este domingo 2 de febrero hasta el 16 de marzo, siete domingos antes de la fiesta de san José.
Fue el Papa Gregorio XVI quien promovió esta devoción. Posteriormente, el Papa Pío IX dio continuidad a esta tradición, alentando a acudir a san José para aliviar la aflictiva situación de la Iglesia universal, de la que es su patrono.
¿Cuáles fueron los siete dolores y gozos de san José?
Primer domingo de san José
Primer gozo: El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Mt 1, 20-21).
Segundo domingo de san José
Segundo gozo: Fueron deprisa y encontraron a María, a José y al niño reclinado en el pesebre (Lc 2,16).
Tercer domingo de san José
Tercer gozo: Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt 1, 21)

'San José' de William Dyce
Cuarto domingo de san José
Cuarto gozo: Porque han visto mis ojos tu salvación, la que preparaste ante todos los pueblos; luz para iluminar a las naciones (Lc 2, 30-31).
Quinto domingo de san José
Quinto gozo: Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dice el Señor por el profeta: «De Egipto llamé a mi hijo» (Mt 2,15).
Sexto domingo de san José
Sexto gozo: Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: será llamado Nazareno (Mt 2,23).
Séptimo domingo de san José
Séptimo gozo: Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas (Lc 2,46).