Fundado en 1910
Las 13 hermanas del monasterio de Notre-Dame de Bouzy-la-Forêt

Las 13 hermanas del monasterio de Notre-Dame de Bouzy-la-Forêt

13 monjas, un secreto de 4 siglos y un elixir verde: así es la reparadora 'Agua Esmeralda' de las benedictinas

Nació en el siglo XVII y, desde entonces, las monjas de Notre-Dame du Calvaire lo han preparado guardando el secreto de la receta con la misma fidelidad con que custodian su vida cotidiana de trabajo y oración

Se dice que fue un boticario quien entregó a las hermanas benedictinas de Notre-Dame du Calvaire (Nuestra Señora del Calvario) una fórmula única: agua, miel, salvia, romero y menta piperita, destilados con paciencia hasta lograr un líquido de tono verde brillante, de propiedades calmantes, energizantes y curativas, que llegaría a conocerse como 'Agua Esmeralda'.

Nació en el siglo XVII y, desde entonces, generación tras generación, las monjas lo han preparado en pequeñas cantidades, guardando el secreto de la receta con la misma fidelidad con que custodian su vida cotidiana de trabajo y oración.

La marquesa de Sévigné lo mencionó en sus cartas, extendiendo su fama por la Francia del Grand Siècle. Cuatro siglos más tarde, continúa usándose como loción para dolores leves, ungüento para piernas cansadas o enjuague bucal. No se presenta como medicamento ni como licor, pero siempre ha sido un aliado en el día a día de quienes lo prueban.

Hoy, trece monjas continúan elaborándolo en su taller del monasterio de Notre-Dame de Bouzy-la-Forêt, cerca de Orleans. Allí, la destilación se mantiene fiel a los métodos artesanales, con la misma discreción que desde sus orígenes.

El 'Agua esmeralda' de las benedictinas francesas

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Un monasterio marcado por la historia

La Congregación de las Benedictinas del Calvario fue fundada en 1617 en Poitiers por Madame d’Orléans, prima de Enrique IV. Años más tarde, el cardenal Richelieu y su consejero, el padre Joseph, impulsaron la creación de un nuevo convento en Orleans, inaugurado en 1640.

La comunidad vivió en paz hasta la Revolución, cuando en 1792 las religiosas se vieron obligadas a abandonar el recinto, que acabó transformado en almacén militar. No regresarían hasta 1806, tras años de vida clandestina.

El siglo XX volvió a ponerlas a prueba: la Segunda Guerra Mundial y el deterioro de sus edificios las llevó a mudarse en varias ocasiones. Finalmente, en 1999, se instalaron en su actual monasterio de Bouzy-la-Forêt, cerca de Orleans, a las puertas del bosque y junto a los benedictinos de Fleury.

Una metáfora líquida de su fidelidad

La comunidad está formada hoy por 13 hermanas que siguen la regla de San Benito: ora et labora. Su jornada comienza a las 6:30 con el rezo de Laudes y se articula en siete oficios diarios, alternados con el trabajo en el taller donde se produce el Agua Esmeralda.

Una monja llena una botella con el famoso 'elixir' verde

Una monja llena una botella con el famoso 'elixir' verde

Desde Bouzy-la-Forêt, además, parten con frecuencia monjas hacia Jerusalén, al monasterio de la Congregación en el Monte de los Olivos, como signo de comunión con la Iglesia universal y oración constante por la paz en Tierra Santa.

Cuatro siglos después, lo que comenzó como un remedio confiado en secreto por un boticario sigue siendo parte del día a día y una fuente de sustento para esta pequeña comunidad. Esta Agua se ha convertido en cierto modo en la metáfora líquida de su fidelidad: discreta, constante y luminosa.

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