Monseñor Piero Pioppo
Piero Pioppo se 'estrenará' como nuevo nuncio apostólico en España el próximo 5 de diciembre
Desembarcará en Madrid con tareas relevantes sobre la mesa: tres diócesis se encuentran vacantes y otras seis están pendientes de que el Papa acepte la renuncia de sus obispos
El 5 de diciembre marcará el inicio oficial de la misión del nuevo nuncio apostólico en España, monseñor Piero Pioppo, en un acto reducido con presencia de representantes eclesiales e institucionales, según han indicado fuentes a la agencia Servimedia.
Tres días después, el 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, Pioppo vivirá su primer encuentro amplio con los fieles españoles. Participará en la Santa Misa en la basílica pontificia de San Miguel, templo cedido a la Nunciatura en 1892.
A estos dos actos iniciales se espera que se sume, en enero, la recepción tradicional del Rey al Cuerpo Diplomático. Allí Pioppo deberá ejercer una de las funciones propias de los nuncios: la de decano del cuerpo, como portavoz simbólico de todos los embajadores acreditados en España.
Pioppo llega con tareas relevantes sobre la mesa. En la actualidad, tres diócesis se encuentran vacantes —Astorga, Teruel y Albarracín, y Osma-Soria—y otras seis están pendientes de que el Papa acepte la renuncia de sus obispos, ya mayores de 75 años, tal como establece la normativa canónica. Entre ellas figuran sedes de peso como Barcelona, Cartagena y Cádiz y Ceuta, esta última con la investigación canónica abierta recientemente a su obispo, Rafael Zornoza.
«Nos ha tocado la lotería; es muy bueno»
En Roma se conoce bien a Piero Pioppo. Savonés, nacido en 1960, fue secretario personal del cardenal Angelo Sodano, una de las figuras clave de la Secretaría de Estado durante el pontificado de Juan Pablo II. También fue prelado del Instituto para las Obras de Religión entre 2006 y 2011, colocado allí por el propio Sodano para aportar claridad y criterio en la compleja banca vaticana.
Un currículo que ha hecho que en algunos ambientes se hable de su llegada a España como una buena noticia inesperada: «Nos ha tocado la lotería; es muy bueno», apuntan voces a El Debate que han tratado de cerca al nuevo nuncio.
«Podría haber sido perfectamente nuncio en París, Londres, Washington o en cualquier gran capital, pero le han tenido aparcado en Asia los últimos doce años», refieren las mismas fuentes, en referencia al anterior pontificado. Ahora su aterrizaje en Madrid despierta interés y expectativas sobre cómo abordará un momento en el que la Iglesia española enfrenta decisiones importantes.