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06 de mayo de 2024

El jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana (UGCC) Sviatoslav Shevchuk, el limosnero de Su Santidad, el cardenal Konrad Krajewski, enviado del Papa Francisco a Ucrania, y el arzobispo Mechyslav Mokshytskyi (de izquierda a derecha) participan en una oración ecuménica para poner fin a la guerra y restaurar la paz en Ucrania en la Archicatedral Basílica de la Asunción de la Santísima Virgen María

El limosnero de Su Santidad, el cardenal Konrad KrajewskiAFP

El cardenal Krajewski, limosnero del Papa, consigue entregar la ayuda de la Iglesia a Ucrania

«Todo el mundo está esperando que llegue el día, pensé que es como nosotros, los cristianos, que esperamos el nacimiento de Jesús para ver los caminos correctos por los que caminar», ha declarado el limosnero del Papa Francisco

El cardenal Konrad Krajewski ha vuelto a Roma con el camión vacío tras haber concluido su misión en Ucrania, donde entregó generadores eléctricos y camisetas térmicas a la población, que ahora sufre el frío y la oscuridad del invierno. El limosnero se ha convertido en mensajero de la caridad del Papa, ha sido precisamente el Papa, quien ha estado en contacto permanente con el cardenal durante su viaje al país martirizado.

El cardenal celebró la misa de Nochebuena con generadores que la Limosnería envió en nombre del Santo Padre.

En declaraciones a Cope el limosnero ha relatado que la noche de Navidad, por la tarde fue «a las afueras de Kiev, a 80 kilómetros, a un lugar llamado Fastiv, donde hay dominicos que tienen una parroquia y un hogar para refugiados. Al principio de la guerra, mucha gente se alojaba con ellos y organizaron varios autobuses para sacar a la gente del país».
Antes de la celebración, se celebró una cena con un menú de comida ucraniana: «Pasamos dos horas juntos, me contaron historias que para mí son edificantes»; personas que «han formado una comunidad durante estos 300 días de guerra que ayuda, cocina, que 2-3 veces por semana va a Zaporiyia, Odesa, a llevar comida y ropa. Incluso algunas de las camisetas se las llevé a ellos y se las darán a los soldados ucranianos y a la gente que vive allí, que se quedó sin nada».

Krajewski regaló a la comunidad un Rosario de perlas del Papa

Para el limosnero ha sido un momento «bellísimo». A la misa asistieron unas 300 personas, que regresaron a sus casas antes de las 23.00 horas debido al toque de queda. Krajewski regaló a la comunidad un Rosario de perlas del Papa: «Pedí que cada familia, cada persona, allí presente, llevara este Rosario al menos 24 horas a su casa, aunque fueran de religiones diferentes, como signo de unión con el Santo Padre.», ha declarado el limosnero.

La luz en la oscuridad

Con la ayuda a Ucrania, el Papa Francisco trata de enviar el mensaje de la «esperanza de resucitar» y de la «luz que Jesús trae al mundo, mientras que en Ucrania la oscuridad es total». «Cuando regresé a Kiev –prosigue el cardenal–»no se veía nada, es peligroso incluso caminar, todo es un obstáculo, además llovía... Todo el mundo está esperando que llegue el día, pensé que es como nosotros, los cristianos, que esperamos el nacimiento de Jesús para ver los caminos correctos por los que caminar».
Además, el limosnero visitó a las Misioneras de la Caridad, implicadas en labores de ayuda con un dormitorio para treinta personas, en zona de guerra. "Celebré misa con ellos, luego almorcé en la Nunciatura y por la tarde fui a visitar otras comunidades religiosas: los capuchinos, las Hermanas de la Familia de Nazaret. Anduve un poco. Por todas partes se oía el ruido de los generadores. Muchos han venido de Italia gracias a la increíble generosidad de la gente. Todos los que hemos traído ya se han distribuido y están funcionando. Así que para Krajewski, puede decirse que ha sido otra misión cumplida.
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