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27 de abril de 2024

Robert Prevost

Robert PrevostAgustinos

El Papa Francisco sorprende apuntando a un misionero como futuro papable

El religioso agustino Robert Prevost Martínez, estadounidense de origen español, será nombrado cardenal y asistirá directamente al Pontífice en una de sus tareas más delicadas: el nombramiento de obispos y temas ligados a América Latina

Ha sido una de esas decisiones con las que el Papa Francisco acostumbra a sorprender. La Oficina de Información de la Santa Sede anunciaba este 30 de enero el nombramiento para uno de los cargos más importantes de la Santa Sede de un obispo misionero en Perú, que no aparecía en ninguna de las quinielas de los expertos «vaticanistas».
El Pontífice ha llamado desde la pequeña diócesis de Chiclayo, a su obispo, el misionero estadounidense de origen español, Robert Francis Prevost Martínez, de 67 años, para convertirse en el nuevo prefecto del Dicasterio vaticano para los Obispos.

Superior de los agustinos y misionero

Monseñor Prevost fue prior general de la Orden de San Agustín (fundada en el siglo IV) durante dos mandatos consecutivos, de 2001 a 2013, que reunía en ese momento 448 conventos, 2.769 hermanos, de los cuales 2.052 sacerdotes.
Por el cargo que desempeña, monseñor Prevost será creado cardenal en el próximo consistorio, lo que hará de él una figura de referencia entre los posibles papables ante un eventual cónclave.
La responsabilidad que el Papa le ha confiado es doble y decisiva. Por una parte, como prefecto del Dicasterio para los Obispos, tendrá la responsabilidad de asistirle directamente en la selección de los nuevos obispos del mundo.
Este cargo conlleva también la responsabilidad de presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, el organismo del Vaticano que asiste en particular al Papa en los asuntos particulares que afectan a los países evangelizados por España y Portugal, área geográfica donde se congrega hoy el mayor número de fieles de la Iglesia católica, el bautizado «subcontinente de la esperanza».
Los analistas vaticanos habían señalado para cargos tan decisivos a personas con experiencia en la Curia Romana, como el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, antiguo prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y antiguo presidente de Cáritas Internacional, cuyo papel hoy sigue quedando jerárquicamente en el limbo.
La figura de monseñor Prevost corresponde a la figura de pastor que sueña Francisco. De ascendencia española, por parte de madre, y francesa del padre, Robert Prevost Martínez nació en Chicago, y estudió Ciencias matemáticas.
A los 22 años dejó una prometedora carrera para entrar en el noviciado de los agustinos. Es doctor en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino («Angelicum»), en Roma, lo que le ayudará mucho para superar los vericuetos jurídicos ligados al proceso de nombramiento de obispos.
Ha transcurrido buena parte de su vida como misionero en Perú. Fue fundador de la comunidad de los Agustinos en la ciudad de Trujillo, ejerciendo durante largos años cargos como superior de esa nueva realidad. Ha sido también prefecto de estudios en el Seminario de la Archidiócesis de Trujillo, juez eclesiástico, y tuvo a su cargo dos parroquias situadas en zonas pobres de esa ciudad.

El nuevo paradigma vaticano

Este nombramiento es plenamente coherente con la reforma de la Curia Romana que el Papa culminó el año pasado con la publicación de la Constitución apostólica Praedicate Evangelium, en vigor desde junio.
Ese documento presenta un nuevo paradigma a los organismos vaticanos: de instituciones burocráticas deben transformarse en realidades directamente comprometidas con la labor evangelizadora de la Iglesia, que es la razón de ser confiada explícitamente por Cristo en la Escritura.

Ouellet defenderá su reputación

Monseñor Prevost sustituye como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina al cardenal canadiense Marc Ouellet.
De manera significativa, el comunicado vaticano del anuncio especifica que deja el cargo por motivos de edad (ha cumplido los 78 años), y no por las acusaciones de conducta sexual inapropiada. En agosto de 2022, fue objeto de una denuncia por parte de una antigua empleada de esa arquidiócesis de Quebec, cuando él era su arzobispo.
El 13 de diciembre, el cardenal Ouellet anunció que iba a emprender acciones legales por difamación ante los tribunales para «demostrar la falsedad de las acusaciones» y «restaurar (su) reputación y (su) honor».
El 18 de enero, la revista francesa Golias informó de una segunda denuncia contra el cardenal Ouellet, referida a actos cometidos entre 2008 y 2009. Según fuentes vaticanas, el cardenal Ouellet debía dimitir tras el viaje del Papa a Canadá en julio de 2022, pero la tormenta mediática ha provocado paradójicamente que permanezca en el cargo unos meses más, ya que el Papa Francisco no quería dar la impresión de que reacciona bajo presión ante un caso por el que pidió una investigación preliminar que absolvía al cardenal Ouellet.
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