El Papa, durante la audiencia de este miércoles
Transparencia vaticana: en 2022 se localizaron 128 operaciones sospechosas en el banco pontificio
La Autoridad de Supervisión e Información Financiera de la Santa Sede suspendió cinco cuentas bancarias ligadas al Instituto para las Obras de Religión, el llamado banco del Vaticano
En el año 2010, con Benedicto XVI en la cátedra de Pedro, comenzó la lucha del Vaticano por una mayor transparencia en sus finanzas. Y con este fin se fundó la Autoridad de Supervisión e Información Financiera (ASIF), el organismo que se encarga de la vigilancia de las cuentas pontificias. Tras un 2022 marcado por el escándalo económico que ha salpicado al cardenal Angelo Becciu, cuyo juicio se prolonga todavía, la ASIF ha publicado su informe anual de transparencia.
El pasado año aumentaron las operaciones financieras que han catalogado de sospechosas hasta los 128 casos. Cinco de ellas, con un valor de 829.050 euros, fueron bloqueadas y otras 124 aparecieron ligadas al Instituto para las Obras de Religión (IOR), el también llamado banco del Vaticano. En comparación con el año anterior, el dato ha crecido, pues en 2021, fueron 104 las cuentas investigadas. A pesar de esas cinco suspensiones, en 2022 no hubo medidas de congelación de cuentas por sospechar de blanqueo de capitales o financiación del terrorismo, los dos grandes frentes del ASIF.
El organismo de vigilancia económica ha derivado un total de 19 informes a la Oficina del Promotor de Justicia, la fiscalía de la Santa Sede, para valorar posibles delitos de blanqueo o financiación del terrorismo. Los autores del informe han recalcado que este 2022 han procedido de manera «incisiva».
El de 2022 –se lee en el documento– confirma la tendencia hacia una mayor calidad de los informes, algo que se atribuye a «la estabilización y normalización del sistema de informes y la intensificación de las medidas preventivas emprendidas por el IOR» y a los «indicadores de anomalías más detallados». Entre estos se cuentan las actividades innecesariamente complejas, el uso de dinero en efectivo o los comportamientos poco cooperativos o sospechosos.
Como parte de la aplicación de la nueva Constitución del Vaticano, el pasado agosto el Papa Francisco, muy comprometido con erradicar los males de la Iglesia en la economía y otros ámbitos, al igual que sus predecesores, centralizó la gestión de los activos financieros en el banco pontificio (el IOR). Así, el instituto pasaba a tener competencia exclusiva de la gestión económica de la Santa Sede. En ese momento, todos los dicasterios y organizaciones dependientes del Estado del Vaticano transfirieron al IOR todos sus activos financieros y su liquidez. Este es el primer informe después de estos cambios.
La autoridad de vigilancia del Vaticano también da cuentas en el informe de la cooperación internacional en materia de transparencia financiera, para lo que hay una unidad concreta (la Unidad de Inteligencia Financiera). Esta sección de la ASIF envió 39 solicitudes de cooperación y recibió 33 durante el pasado año. Hasta la fecha se han firmado 67 memorandos de entendimiento internacionales; en 2022 con Macedonia del Norte y las Islas Caimán.
En lo que respecta a las operaciones transfronterizas, en 2022 se registraron 154 declaraciones de entrada de capitales por un importe total de 14.725.989 euros, y 410 de salida de 6.273.198.
El informe arranca con una carta del presidente de la Autoridad de Información Financiera, Carmelo Barbagallo, que explica que la jurisdicción vaticana sigue comprometida con los dos pilares con los que ya la fundó Ratzinger en 202: la prevención y lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Asegura que se han perfeccionado los mecanismos de gasto y se han reforzado los órganos de control, así como «el conocimiento de posibles amenazas externas y las correspondientes garantías de procedimiento y organización».