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El Papa Francisco, durante la audiencia de este miércolesEFE

Audiencia general del miércoles

El Papa pide que lean por él su discurso por la gripe: «La vanagloria va de la mano del demonio de la envidia»

Francisco ha pedido no olvidar a «a los pueblos que sufren la guerra como Ucrania, Palestina, Israel y tantos otros»

el Papa Francisco sigue resfriado. Por ello, ha pedido a un colaborador que lea su catequesis de la audiencia general. «Sigo un poco resfriado por eso he pedido a monseñor (Filippo) Ciampanelli que lea la catequesis», dijo el papa que llegó en silla de ruedas al aula Pablo VI, donde se celebra la audiencia. El Santo Padre tampoco leyó el discurso en la audiencia a los obispos de la iglesia patriarcal de Cilicia de los Armenios que recibió antes de la audiencia general.

Esto tiene lugar apenas dos días después de que el Vaticano suspendiese la agenda de Francisco, tras informar de que persistían «los leves síntomas gripales, aunque sin fiebre». El Pontífice sí celebró el domingo el tradicional rezo dominical del Ángelus asomado a la ventana del palacio pontificio y leyó con buena voz ante los miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano, aunque el sábado anterior su agenda fue igualmente cerrada.

Filippo Ciampanelli ha sido quien ha leído la catequesis del PapaEFE

En su discurso de este miércoles, el obispo de Roma ha pedido que no se olvide «a los pueblos que sufren la guerra como Ucrania, Palestina, Israel y tantos otros», al final de la audiencia general celebrada en el aula Pablo VI. Pero antes, ha dedicado su catequesis a otro de los pecados capitales, la envidia, sobre la que ha leído su colaborador: «El rostro del envidioso es siempre triste, tiene su mirada baja, parece estar constantemente investigando el suelo, pero en realidad no ve nada porque su mente está envuelta en pensamientos llenos de maldad. La envidia, si no se controla, conduce al odio del otro».

«Abel morirá por manos de Caín, que no pudo soportar la felicidad de su hermano», añade. Mientras que sobre la vanagloria, el Papa escribe: «Va de la mano del demonio de la envidia, y juntos estos dos vicios son propios de una persona que aspira a ser el centro del mundo, libre de explotar todo y a todos, objeto de toda alabanza y amor. La vanagloria es una autoestima inflada e infundada»

Francisco ha tenido que beber agua durante la audiencia general de este miércolesEFE

Entre los llamamientos finales también pidió rezar «por las víctimas de los recientes atentados contra lugares de culto en Burkina Faso; así como por el pueblo de Haití, donde continúan los crímenes y los secuestros por parte de bandas armadas».

En otro de sus mensajes, el pontífice recordó que el 1 de marzo se cumplirá el 25 aniversario de la entrada en vigor de la Convención sobre la Prohibición de Minas y lamentó que «sigan golpeando a civiles inocentes, sobre todo niños, muchos años después del fin de las hostilidades». Entonces expreso su cercanía a las numerosas víctimas de estos artefactos que «nos recuerdan la dramática crueldad de las guerras y el precio que pagan las poblaciones civiles».

Al respecto, agradeció «a todos aquellos que están contribuyendo a socorrer a las víctimas y a limpiar las zonas contaminadas» pues «su trabajo es una respuesta concreta a la llamada universal a ser artífices de paz, cuidando de nuestros hermanos y hermanas».