Los valencianos que llegaron a Roma para el Jubileo y acompañaron al Papa en su «última peregrinación»

El fallecimiento del Papa Francisco ha hecho que la peregrinación a Roma de un grupo de peregrinos valencianos para participar en el Año Jubilar se haya convertido en un acompañar al Papa Francisco en su «última peregrinación».

Así lo expresa el sacerdote Javier Grande, párroco de la parroquia de la Asunción de la localidad valenciana de Ribarroja del Turia.

En declaraciones a El Debate desde una calle cercana al Vaticano, explica que «teníamos planeado este viaje desde hacía mucho tiempo. Estamos en Año Jubilar y habíamos decidido participar en el Jubileo, poder entrar en la Puerta Santa, poder participar de las gracias jubilares en esta semana de Pascua».

«Cuando llegamos el lunes al aeropuerto, antes de embarcar, comenzaron a sonar los teléfonos y nos dijeron que el Papa había fallecido», relata. «Fue una sorpresa tremenda, porque justo el día antes habíamos visto al Papa desde la logia impartiendo la bendición», durante la Misa del Domingo de Resurrección en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

Hubo entonces que cambiar planes, adaptarse en medio del shock por la noticia que había removido al mundo entero.

«La verdad es que el grupo es maravilloso y se adapta muy bien (al cambio de planes y circunstancias). Pero es verdad que ha habido algunos momentos en los que no sabíamos muy bien si podríamos, si no podríamos… Pero como es una peregrinación, yo les decía: ‘Mirad, cuando uno empieza una peregrinación, Dios tiene planeadas cosas que ni nos imaginamos’, y se ha comprobado», aseguró.

«Hemos participado en una peregrinación que es ‘la última peregrinación del Santo Padre’, compartir con él y participar con él de este momento tan importante», añadió.

«Hemos podido acceder a la capilla ardiente. El miércoles por la mañana teníamos audiencia general, pero la audiencia general ya la semana pasada la suspendieron, nos enviaron un comunicado informándonos que la habían suspendido por la salud del Papa».

«Teníamos prevista la visita de la Plaza, de la Basílica de San Pedro, y aprovechamos para participar en la celebración cuando trasladaron el cuerpo del Santo Padre desde Santa Marta a la Basílica de San Pedro», explicó.

«Una vez terminada la liturgia ya nos introdujimos en la Basílica, con lo cual fue una maravilla poder estar allí, ver el féretro del Papa y poder rezar delante de su cuerpo. Algunos hemos vuelto a ir cuando hemos terminado todo y hemos vuelto a pasar para rezar un ratito más delante de él».