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A general view shows people attending a Holy mass led by Pope Leo XIV for the beginning of his pontificate, in St Peter's square in The Vatican on May 18, 2025. (Photo by Alberto PIZZOLI / AFP)

Vista general de los asistentes a la misa presidida por el Papa León XIV con motivo del inicio de su pontificadoAFP

León XIV, el Papa que une dos mundos, toma el timón de la Iglesia ante una abarrotada Plaza de San Pedro

El acto litúrgico, convertido en auténtica ceremonia de multitudes bajo el cielo azul de la primavera romana, marcó oficialmente el comienzo del ministerio petrino del primer Papa estadounidense de la historia de la Iglesia

Unas 150.000 personas participaron en la Plaza de San Pedro en la misa de inicio de pontificado de León XIV, el Papa de la paz, el diálogo y la unidad de la Iglesia. En el acto estaban presentes delegaciones internacionales de 156 países. La toma de posesión propiamente dicha se celebrará el martes en la basílica Papal de San Pablo Extramuros.

El acto litúrgico, convertido en auténtica ceremonia de multitudes bajo el cielo azul de la primavera romana, marcó oficialmente el comienzo del ministerio petrino del primer Papa estadounidense de la historia de la Iglesia. León XIV, que ha mantenido una agenda muy activa desde su elección el pasado 8 de mayo, es visto por sus ex colaboradores más cercanos de la diócesis de Chiclayo como una persona cercana a los pobres y humildes, siempre abierto a escuchar.

Un hombre discreto y fuerte

«Como amigo y persona, me siento muy feliz. Desde el punto de vista sobrenatural crece mi esperanza en la vida y la Iglesia porque el Papa va a tender muchos puentes y será un atractivo para el mundo», explica a El Debate Jorge Millán Cotrina, un sacerdote diocesano de Chiclayo que vivió y trabajó de 2015 a 2023 con el entonces obispo Robert Francis Prevost.

«El Papa León ama a la Iglesia sirviéndola con sacrificio. Nunca criticaba a nadie. Dejó EE.UU. y vino a Chiclayo. Y es que nunca aspiró a nada. Sólo a servir a la Iglesia», recuerda en la Plaza de San Pedro el sacerdote peruano, de 55 años, licenciado en teología moral por la Universidad de Navarra. «Su sonrisa acoge. Desde el momento que le conocí sembró la esperanza. Con él vivíamos siete sacerdotes y teníamos una vida de familia, sencilla, alegre, agradable, de mucha confianza», agrega.

Priests attend a Holy Mass for the Beginning of the Pontificate of Pope Leo XIV, in St Peter's square in The Vatican on May 18, 2025. (Photo by Alberto PIZZOLI / AFP)

Sacerdotes asisten a una Santa Misa por el Comienzo del Pontificado del Papa León XIVAFP

El padre Millán subraya que el Papa es una persona de buena salud. «Nunca le ví en la cama. A lo sumo, algún resfriado». «Con el Papa aprendí a trabajar, porque es una persona de una exigencia que anima y no oprime». El sacerdote peruano resalta que Robert Prevost sentía una gran veneración hacia el Papa Francisco.

La ceremonia: símbolos y tradición

La ceremonia de inicio de pontificado comenzó con un acto de oración junto a la tumba de San Pedro, en las grutas vaticanas, acompañado por los patriarcas de las iglesias orientales. Entre tanto, los cardenales esperaban entorno al Altar de la Confesión, en el centro de la basílica de San Pedro.

Tras el rezo, el Papa y los cardenales salieron en procesión hasta el altar de la plaza de San Pedro, donde se celebró la Santa Misa. El pontífice norteamericano pronunció su primera homilía ante cientos de miles de creyentes y, posteriormente, les bendijo.

Filipino cardinal Luis Antonio Gokim Tagle puts the Fisherman's Ring on a finger of Pope Leo XIV during a mass for the beginning of his pontificate, in St Peter's square in The Vatican on May 18, 2025.  (Photo by Jacquelyn Martin / POOL / AFP)

El cardenal filipino Luis Antonio Tagle coloca el Anillo del Pescador al Papa León XIVAFP

Pero el acto de la Plaza de San Pedro se caracterizó por cuatro momentos importantes relacionados con los ritos específicos del ministerio petrino. Tras las lecturas, estaba previsto que el cardenal protodiácono Dominique Mamberti —quien anunció al mundo la elección del nuevo Papa el pasado 8 de mayo desde el balcón central del Vaticano— impusiera al Pontífice el Palio. Sin embargo, según fuentes vaticanas, Mamberti no pudo participar en la ceremonia al encontrarse hospitalizado. En su lugar, fue el cardenal Mario Zenari quien asumió esta función durante la Misa.

El tradicional Palio es una cinta de lana, de unos cinco centímetros de ancho, que se impuso alrededor de los hombros del Pontífice. Representa su autoridad como Pastor, que lleva a sus espaldas sus ovejas. Lleva cinco cruces, que recuerdan las cinco llagas de Cristo. Por su parte, el cardenal filipino Luis Antonio Tagle entregó al Papa el anillo del pescador, que representa el vínculo con Pedro.

Seguidamente tuvo lugar el rito de obediencia en el que doce personas, en recuerdo de los doce apóstoles, declararon obediencia al Papa. Fueron tres cardenales, un obispo, un presbítero, un diácono, un religioso, una religiosa, un matrimonio y dos jóvenes.

Presencias que marcan un nuevo rumbo

Al acto asistieron personalidades de más de 156 delegaciones internacionales que se sentaron a la derecha de la Basílica. Entre ellos el vicepresidente de los EE.UU., J.D.Vance (católico bautizado en 2019), acompañado de su esposa Usha, y el secretario de Estado, Marco Antonio Rubio y su esposa Jeannette Dousdebes Rubio.

Vance y Rubio se alojaron en la residencia del embajador en el elegante barrio romano de Parioli. Ambos forman parte del círculo íntimo de confianza del presidente Donald Trump y su presencia en la ceremonia de arranque de pontificado del primer Papa norteamericano simboliza el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre EE.UU. y el Vaticano.

(From L) Henri, Grand Duke of Luxembourg, Liechtenstein's head of state Prince Alois and his wife Duchess Sophie, Spain's Queen Letizia and Spain's King Felipe VI and Sheikh Saud bin Saqr al Qasimi, ruler of the UAE's Emirate of Ras al-Khaimah attend a Holy Mass for the Beginning of the Pontificate of Pope Leo XIV, in St Peter's square in The Vatican on May 18, 2025. (Photo by Isabella BONOTTO / AFP)

(De izq. a dcha.) Henri, Gran Duque de Luxemburgo, el príncipe Alois y su esposa, la duquesa Sofía, la reina Letizia y el rey Felipe VI de España, y el jeque Saud bin Saqr al QasimiAFP

Lo mismo puede decirse de la presencia del presidente israelí, Isaac Herzog, ausente de los funerales de Francisco. Todo apunta a un nuevo rumbo en las relaciones entre el estado judío y el Vaticano después de algunos desencuentros con el Papa Francisco.

La delegación española estuvo encabezada por Sus Majestades los Reyes, Don Felipe y Doña Leticia, a quienes acompañaban los ministros Félix Bolaños, María Jesús Montero y Alberto Núñez Feijóo. Igualmente estuvieron presentes el presidente italiano, Sergio Mattarella y la primera ministra Georgia Meloni, junto al primer ministro francés, François Beyrou, el canciller alemán Friedrich Merz y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen.

No faltó la asistencia de la presidenta del Perú, Dina Ercila Boluarte, especialmente relevante por ser el país donde Robert Francis Prevost desarrolló su ministerio sacerdotal durante casi 40 años. Quién no asistió fue el presidente argentino, Javier Milei.

Un alma norteamericana y peruana

En los asientos situados a la izquierda de la entrada de la basílica se ubicaron unos 200 cardenales, 750 obispos y sacerdotes, así como representantes de otras iglesias y confesiones cristianas. «Es el Papa que la Iglesia y el mundo necesita y ha empezado en continuidad con el Papa Francisco, clamando y llamando a la paz a los gobernantes», dijo a El Debate José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, presente en la misa y que estos días ha vivido en Roma el Jubileo de las Cofradías.

«Es un Papa que es estadounidense, pero a la vez peruano. Es americano del norte y del sur, misionero que ha estado en tierra adentro, en lugares sencillos, que ha sido superior general de los Agustinos y que por lo tanto tiene una visión muy global», agregó el arzobispo hispalense, que antes fue obispo auxiliar de Barcelona durante dos años y de Terrassa durante 17.

El Espíritu Santo sopla fuerte

Saiz Meneses es un prelado que se distingue por no ser amigo de las modas pasajeras ni de lo políticamente correcto. «El señor es quien guía la Iglesia y el Espíritu Santo sopla y nos concede el Papa que necesitamos en cada momento. Estamos muy contentos y agradecidos y hemos querido mucho al Papa Francisco. Y ahora rezamos y estamos en comunión con el Papa León», asegura el arzobispo.

«Es un tiempo de gracia, de salvación, de conversión, de perdón, de recomponer las relaciones con Dios, con los hermanos y de vivirlo con mucha intensidad y con mucha alegría», recalca el arzobispo de Sevilla, el primero de la capital andaluza asistido por dos obispos auxiliares nombrados por el Papa Francisco, que atendió su petición en 2023.

Se trata de Teodoro León Muñoz y Ramón Darío Valdivia. Este último, gran admirador de san Agustín, anima constantemente a la entrega a los demás: «A los que sufren, lloran, están desnudos y hambrientos, presos en la soledad y la enfermedad». Aunque el arzobispo Saiz Meneses viaja con frecuencia a Roma, asegura que deja la diócesis sevillana en buenas manos.

Por su parte, Edinsón Delgado, administrador del colegio Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo, destaca para este medio la cercanía del Pontífice: «El Papa siempre ha sido un hombre de Dios, muy próximo a la gente, con una enorme capacidad de diálogo y escucha».

El carisma y la cercanía de León XIV

Junto a la estatua de San Pedro, siempre bajo el protocolo riguroso del Vaticano, se ubicaron los representantes de otras religiones no cristianas como los musulmanes, los hindúes o budistas, junto a centenares de sacerdotes y seminaristas católicos. A la izquierda, junto a la escultura de San Pablo, se sentó el cuerpo diplomático.

Tras la misa, y ya sin las vestiduras litúrgicas, León XIV se dirigió al altar central de la basílica para saludar uno a uno a los jefes de Estado y de Gobierno. La fila para felicitar al nuevo Pontífice parecía no tener fin. Roma, que amaneció lentamente, fue testigo de una ceremonia extensa, pero cargada de momentos emotivos e inolvidables.

Pope Leo XIV waves after delivering the Regina Caeli prayer after a Holy Mass for the Beginning of his Pontificate, in St Peter's square in The Vatican on May 18, 2025. (Photo by Alberto PIZZOLI / AFP)

El Papa León XIV saluda después de pronunciar la oración Regina CaeliAFP

«El nuevo Papa une dos almas muy importantes para la Iglesia de hoy: la del mundo angloparlante y la del mundo latino, con su experiencia misionera en Perú y sus más de diez años en Roma. La de una profunda espiritualidad agustiniana con la practicidad de quien ha tenido que gestionar retos muy variados. Es un mix extraordinario para el momento actual de la Iglesia», explica a El Debate Marc Carroggio, director de comunicación durante casi treinta años de la Prelatura del Opus Dei en Roma.

«Desde el primer momento me ha llamado la atención la empatía del Papa hacia diversos tipos de personas, como hemos visto en sus primeras audiencias: con los periodistas, con las iglesias orientales, con los educadores de La Salle, con un tenista como Sinner», subraya Carroggio. «Para cada uno de ellos ha tenido palabras de ánimo e inspiración».

Un nuevo estilo

Esta misa marca el inicio del Pontificado de León XIV y apunta cambios de estilo en el liderazgo y la forma de Gobernar la Iglesia. Fue el Papa Juan Pablo I quien instauró en septiembre de 1978 la misa de inicio de pontificado en lugar de la tradicional ceremonia de coronación. Pablo VI fue el último papa coronado en 1963 tras la muerte de San Juan XXIII.

El pontificado de Pablo VI se inició con la imposición de la tiara papal, una triple corona diseñada de forma diferente para cada pontífice. La corona, acostumbraba a ser de oro y decorada con joyas, la lucían los Papas en ceremonias muy singulares.

La Vía della Conciliazione y los accesos a la Plaza de San Pedro a través de la Via Ottaviano y la Puerta de la Concordia eran una auténtica torre de babel con múltiples idiomas. Un hervidero humano que se extendía desde el centro de la Plaza hasta el castillo de San Angelo a través de la ribera occidental del Tíber. Una mañana gloriosa para la historia de Roma.

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