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Santa Margaria María de Alacoque

Las 12 impactantes promesas del Sagrado Corazón que cambiaron la historia y siguen tocando almas

En una Francia sacudida por tensiones religiosas y doctrinas que presentaban a un Dios lejano, una joven monja llamada Margarita María de Alacoque recibió un mensaje que cambiaría la espiritualidad cristiana

En pleno siglo XVII, durante el reinado de Luis XIV, Francia se encontraba inmersa en tensos debates religiosos. Entre ellos surgió el jansenismo, una corriente que presentaba a Dios como distante e impasible ante los sufrimientos humanos y consideraba al ser humano irremediablemente corrupto, salvando únicamente a aquellos predestinados desde su nacimiento.

Sin embargo, a lo largo de la historia, Dios actúa a través de instrumentos que se entregan a Él con sencillez y humildad, capaces de transformar y sanar realidades dañadas y contrarrestando el mal en el mundo.

Este fue el caso de una humilde monja en Paray-le-Monial, que cambiaría para siempre la espiritualidad cristiana: Margarita María de Alacoque. Sus visiones del Sagrado Corazón de Jesús buscaban precisamente sanar estas heridas y acercar a los hombres al amor divino.

Primera revelación del Sagrado Corazón a Margarita María Alacoque

«Mi Divino Corazón, está tan apasionado de Amor a los hombres, en particular hacia ti, que, no pudiendo contener en él las llamas de su ardiente caridad, es menester que las derrame valiéndose de ti y se manifieste a ellos para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición. Te he elegido como un abismo de indignidad y de ignorancia, a fin de que sea todo obra mía»

El jesuita que confió en ella

Nacida en 1647 en Lauthecourt, y tras pasar una infancia marcada por la enfermedad y un temprano amor a la Virgen, Margarita ingresó a los 22 años en el convento de las salesas, donde su vida dio un giro extraordinario.

En 1675, Jesús le reveló su Corazón ardiente de amor, herido por las ingratitudes de la humanidad, incluso por aquellos que le servían. Le pidió que difundiera una devoción centrada en Él y que instituyera la fiesta del Sagrado Corazón, prometiendo bendiciones a quienes abrazaran este culto.

Lejos de ser un mensaje puramente sentimental, la devoción que Margarita promovía pedía un amor activo: unirse al sufrimiento de Cristo en la Pasión, reparar las ofensas y acercarse a Dios mediante la oración, la comunión frecuente y la adoración.

A pesar de las burlas y la incomprensión de su comunidad y de autoridades eclesiásticas, con la guía y apoyo del jesuita san Claudio de la Colombière, Margarita comenzó a difundir cartas, hablar con sacerdotes y religiosas, y promover la misa del Sagrado Corazón, convirtiéndose en voz de un mensaje que traspasaría los muros del convento y llegaría a toda Francia, Europa y América.

12 promesas para todas las almas

El corazón de esta devoción se resume en 12 promesas que Jesús reveló a Alacoque: gracias que alcanzan a todos, desde los fervorosos hasta los alejados de la fe, y de manera especial a los pecadores. Estas promesas ofrecen consuelo a los afligidos, fortaleza frente a la tentación, paz en las familias, prosperidad en el hogar, éxito en el trabajo, misericordia para los pecadores y santidad para las almas fervientes.

Además, aseguran valor para los tibios en la fe, ayuda a los sacerdotes para tocar los corazones endurecidos, fortaleza en la hora de la muerte y la gracia de la perseverancia final.

Las 12 promesas difundidas por Margarita María de Alacoque

1. «Les daré todas las gracias necesarias a su estado de vida».

2. «Pondré paz en sus familias».

3. «Les consolaré en sus penas».

4. «Seré su refugio seguro durante la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte».

5. «Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas».

6. «Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia».

7.«Las almas tibias se harán fervorosas».

8. «Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección».

9. «Bendeciré a cada lugar en el que se exponga y se venere una imagen de mi Sagrado Corazón».

10. «Daré a los sacerdotes y a todos aquellos que se ocupan de la salvación de las almas, el don de tocar los corazones más endurecidos».

11. «Los que propaguen esta devoción tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y nunca serán borrados».

12. «A los que comulguen el primer viernes de cada mes, durante nueve meses consecutivos, le concederé la gracia de la perseverancia final».

Margarita María de Alacoque murió el 17 de octubre de 1690, aunque su fiesta se celebra el día 16. En 1920 fue canonizada por el Papa Benedicto XV, y su mensaje de amor y reparación al Corazón de Jesús se consolidó como uno de los pilares de la piedad cristiana moderna.

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