Mujer con dolores
Hasta un 80 % de la población sufrirá algún desajuste hormonal a lo largo de su vida
Los especialistas insisten en la importancia del diagnóstico precoz, ya que los síntomas hormonales pueden ser vagos o confundirse con otros trastornos
¿Sabías que hasta el 80 % de las personas sufrirá algún desequilibrio hormonal a lo largo de su vida? Las hormonas, esos mensajeros invisibles que regulan desde el metabolismo hasta el estado de ánimo, pueden desajustarse por múltiples causas, afectando seriamente la salud física y emocional.
«La función hormonal está detrás de procesos tan vitales como el crecimiento, el metabolismo, la reproducción o el estado de ánimo», explica la doctora Nuria Vilarrasa, vocal de investigación de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Las glándulas endocrinas liberan estas sustancias en el torrente sanguíneo, regulando múltiples funciones que muchas veces pasan desapercibidas… hasta que dejan de funcionar bien.
Entre las principales causas de los desequilibrios hormonales se encuentran enfermedades autoinmunes, hábitos de vida poco saludables, el estrés crónico, una mala alimentación o la exposición a disruptores endocrinos presentes en algunos productos químicos. Aunque pueden afectar a cualquier persona, algunas alteraciones son más frecuentes en determinados grupos: por ejemplo, los trastornos tiroideos son más comunes en mujeres, y la diabetes tipo 2 en adultos mayores.
En este sentido, el endocrinólogo Manuel Gahete subraya que una dieta saludable y la actividad física regular pueden marcar una gran diferencia en la prevención de estos desequilibrios. Alimentos ricos en omega-3, vitaminas y minerales, junto con una buena hidratación y la práctica de ejercicio moderado, ayudan a mantener el sistema hormonal en equilibrio.
Por otro lado, los especialistas insisten en la importancia del diagnóstico precoz, ya que los síntomas hormonales pueden ser vagos o confundirse con otros trastornos. Además, el avance en biotecnología está abriendo la puerta a tratamientos más personalizados y eficaces, aunque aún quedan desafíos por afrontar, como mejorar el acceso a la atención especializada y reducir los factores ambientales que alteran el equilibrio hormonal.