Imagen de archivo de una persona sufriendo un infarto
Salud
Una técnica experimental permite reparar el corazón tras un infarto y mejorar su funcionamiento
Los infartos de miocardio continúan siendo una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en el mundo
Investigadores de la Facultad de Medicina Lewis Katz, de la Universidad de Temple en Filadelfia (Estados Unidos), han desarrollado una estrategia innovadora para regenerar el tejido cardíaco dañado tras un infarto. El enfoque se basa en reactivar un gen clave del desarrollo embrionario, conocido como PSAT1, utilizando ARN mensajero modificado sintético (ARNmd).
Los infartos de miocardio continúan siendo una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en el mundo. Esto se debe a la pérdida irreversible de cardiomiocitos y a la limitada capacidad regenerativa del corazón, que frecuentemente desemboca en insuficiencia cardíaca crónica. Las terapias actuales se centran en aliviar síntomas, pero no permiten revertir el daño celular.
El estudio, publicado en Theranostics, demuestra que el gen PSAT1, silenciado en el corazón adulto pero activo en etapas tempranas del desarrollo, puede reactivarse tras un infarto para estimular la regeneración cardíaca. «El PSAT1 es un gen con alta expresión durante el desarrollo temprano, pero prácticamente se silencia en el corazón adulto. Queríamos explorar si la reactivación de este gen en el tejido cardíaco adulto podría promover la regeneración tras una lesión», explicó el doctor Raj Kishore, responsable del estudio.
El equipo sintetizó PSAT1-modRNA y lo inyectó en el corazón de ratones adultos inmediatamente después de un infarto. Con ello se buscaba reactivar vías regenerativas relacionadas con la proliferación celular, la angiogénesis y la resistencia al estrés oxidativo. Los ratones tratados mostraron mejoras significativas en la proliferación de cardiomiocitos, reducción de cicatrices, aumento en la formación de vasos sanguíneos y una mejor función cardíaca en comparación con los no tratados.
El PSAT1 activa la ruta de síntesis de serina (SSP), crucial para la producción de nucleótidos y la protección frente al daño oxidativo. Además, se identificó que YAP1 regula la expresión de PSAT1, y este, a su vez, facilita la translocación nuclear de B-catenina, necesaria para que los cardiomiocitos entren de nuevo en el ciclo celular. La inhibición de la SSP eliminó los efectos beneficiosos, confirmando el papel esencial de esta vía.
«Nuestros hallazgos sugieren que PSAT1 es un regulador clave de la reparación cardíaca tras una lesión. Al activar PSAT1 mediante ARNm, podemos impulsar programas regenerativos en el corazón que, de otro modo, serían inaccesibles en los tejidos adultos», destacó Kishore.
Los investigadores prevén evaluar la seguridad y eficacia del tratamiento en modelos animales de mayor tamaño antes de avanzar hacia ensayos clínicos.