Cada persona tiene gustos distintos, lo que influye en cómo valora si un melón está bueno o no
Alimentación
Esta es la mejor forma de distinguir si un melón se encuentra en perfecto estado
Es importante asegurarse de que el comercio donde se adquiere el melón sea de confianza y cumpla con adecuadas condiciones de conservación e higiene
Una de las frutas más asociadas al verano es el melón, ya que se encuentra en su mejor época de recolección y es cuando más apetece consumirlo. De hecho, aunque comparte protagonismo con la sandía, elegir el mejor ejemplar y saber si estará en su punto óptimo por dentro sigue siendo uno de los grandes dilemas para muchos consumidores.
Al igual que en años anteriores, existen diferentes tipos de melón, y son varios los factores que influyen en su calidad. Entre ellos destacan el calendario de recolección y el origen del producto, ya que muchos melones disponibles fuera de temporada provienen de invernaderos, donde se cultivan durante los meses más fríos —pueden afectar tanto al sabor como a la textura de la fruta—.
Por otro lado, más allá de conocer su procedencia y el momento de cultivo, muchas personas intentan elegir el melón más sabroso recurriendo a trucos populares que, en la mayoría de los casos, carecen de respaldo científico. Los más comunes se encuentran golpear ligeramente la fruta con palmaditas o moverla y manosearla para intentar adivinar su madurez y dulzor.
Detalles en los que hay que fijarse
En primer lugar, es fundamental que el melón no presente daños visibles en su superficie, como grietas, golpes, rajas o arañazos, ya que estos suelen ser indicios de que la fruta está deteriorada. Además, aunque comúnmente se asocia la presencia de manchas amarillas con una maduración adecuada, este signo no siempre garantiza que el melón esté en su punto óptimo, por lo que no debe considerarse un criterio definitivo.
Posteriormente, es importante asegurarse de que el comercio donde se adquiere el melón sea de confianza y cumpla con adecuadas condiciones de conservación e higiene. Aunque en teoría todos los melones deben pasar controles de calidad, si se compran en puestos callejeros o en establecimientos que los venden sin etiquetado, existe un mayor riesgo de que el producto no tenga la misma garantía de frescura o procedencia.
Por último, se debe desmentir la idea de que todos los melones pueden madurar en casa si se compran verdes —solo algunas variedades continúan su proceso de maduración una vez cosechadas—. En el caso de los melones tipo piel de sapo, que son de los más consumidos en España, esto no ocurre: si se adquiere uno que aún no está maduro, lo más probable es que su sabor y textura no mejoren, por lo que se terminará comiendo verde.
Cada persona tiene gustos distintos, lo que influye en cómo valora si un melón está bueno o no. Por eso, hay quienes prefieren melones muy maduros y dulces, mientras que otros optan por un sabor menos intenso, con una textura algo más firme y un punto más verde, pero sin llegar a ser insípido o 'apepinado'. Todo depende del paladar de cada uno.