Un joven bebe agua junto a un termómetro de calle que marca 40 grados en el centro de Córdoba este pasado jueves

Un joven bebe agua junto a un termómetro de calle que marca 40 grados en el centro de Córdoba este pasado juevesEFE

Ola de calor

Riesgos de hacer deporte con calor extremo: el ex neumólogo del Real Madrid lo explica

Hacer ejercicio físico es esencial para mantener una vida saludable, pero hacerlo a más de 30 grados puede ser peligroso para nuestra salud. «La ola de calor produce un estrés añadido al cuerpo para mantener la homeostasis –equilibrio– de las funciones corporales», explica a El Debate el Dr. Marulanda, médico de la Ciudad Deportiva del Real Madrid y especialista en Neumología en el Hospital La Luz (Madrid).

El aumento de fenómenos meteorológicos extremos como este no solo afecta a los colectivos vulnerables, sino también a quienes practican deporte sin adaptar su rutina a las condiciones extremas.

«El cuerpo redistribuye el flujo sanguíneo para tratar de mantener fresca la superficie corporal, pero estos mecanismos compensatorios tienen un coste: le quitas riego sanguíneo a los músculos, haciéndolos más propensos a sufrir fatiga o calambres», añade.

Cuando se realiza ejercicio bajo temperaturas extremas, el cuerpo humano lucha por mantenerse dentro de un rango térmico seguro. Para ello, activa su sistema de enfriamiento natural: la sudoración. Sin embargo, esto tiene un efecto secundario importante. «La sudoración excesiva puede ocasionar una deshidratación que agrave aún más lo antes descrito», advierte Marulanda. Esa pérdida de líquidos y sales no solo reduce el rendimiento físico, sino que puede poner en peligro la salud si no se repone adecuadamente.

Los especialistas coinciden en que los síntomas de alerta deben tomarse muy en serio: náuseas, calambres, debilidad, mareos, palpitaciones, dolor de cabeza y sudoración excesiva son señales claras de que el cuerpo está alcanzando un límite peligroso. «De seguir el ejercicio sin prestar atención a estos síntomas de alarma, se podrían desarrollar consecuencias como los síncopes, calambres o el temible golpe de calor», alerta el doctor.

El Ministerio de Sanidad insiste en evitar la exposición directa al sol y la actividad física al aire libre entre las 12:00 y las 17:00 horas, el período más cálido del día.

En esa misma línea, el Dr. Marulanda subraya la importancia de la planificación: «Es necesario evitar entrenar en las horas de calor más intenso, usar ropa apropiada, consumir comida ligera y, sobre todo, mantener una correcta hidratación. Durante el ejercicio hay que hacer pausas frecuentes para beber agua y, además, complementar con bebidas isotónicas que ayuden a reponer sales minerales», recomienda. «También es clave modificar las horas de entrenamiento a momentos del día donde haya menos calor».

«Pérdida de memoria a corto plazo»

La deshidratación, además, no solo reduce el rendimiento físico: cuando supera el 2 % del peso corporal puede producir alteraciones cognitivas y funcionales. «Puede conducir a pérdida de memoria a corto plazo, somnolencia o fatiga muscular. Además, favorece que las toxinas no se eliminen correctamente y se acumulen en el organismo», señala el especialista.

En España, las olas de calor han duplicado su frecuencia desde los años 80 según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). En los últimos veranos, el número de días con avisos por temperaturas extremas ha ido en aumento, así como las consultas médicas por causas relacionadas con el calor, incluidas afecciones derivadas del ejercicio físico.

Frente a este panorama, los expertos insisten en no subestimar los riesgos del calor extremo. Practicar deporte es beneficioso para la salud, pero hacerlo en condiciones inadecuadas puede tener consecuencias graves. «No se trata de dejar de hacer ejercicio, sino de hacerlo con inteligencia y precaución cuando las condiciones climáticas son adversas», concluye el especialista.

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