Kali filipino

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Deporte

Entrena Kali: el método que tonifica, agudiza los reflejos y reduce el estrés

El Kali filipino combina trabajo con armas y ejercicios técnicos que mejoran la fuerza y la coordinación a la vez que reducen el estrés y mejoran la concentración

No es solo pelea: el Kali filipino —también llamado arnis o eskrima— es un entrenamiento que combina trabajo con bastones y cuchillos y técnicas cuerpo a cuerpo para mejorar fuerza, coordinación y reflejos. Su rasgo distintivo es la adaptabilidad y la fluidez: los practicantes aprenden a combatir y defenderse a distintas distancias, integrando los movimientos del arma con el cuerpo. Para quien busca un ejercicio funcional que también enseña defensa real, el Kali ofrece ambos beneficios.

Pablo Ortega practica Kali desde 2018 y asegura que, tanto física como mentalmente, la disciplina le ha aportado mucho: «El trabajo con armas en ambas manos favorece enormemente la coordinación, la propiocepción y la psicomotricidad. Además, dada la naturaleza de algunas de sus formas de entrenamiento confiere a quien lo practica una gran plasticidad cerebral y una capacidad de reacción rápida. En mi caso, aparte de estas mejoras generales, he recuperado y fortalecido la funcionalidad de mi lado no dominante —mano y pierna izquierdas—, lo que a su vez ha mejorado mi rendimiento en otras artes marciales que practico».

Además, asegura que le ha ayudado a mejorar la concentración y a gestionar múltiples tareas en espacios de tiempo reducidos.

Las diferencias del Kali filipino y otras artes marciales

Aunque la defensa personal comparte técnicas de distintas disciplinas, el Kali filipino se distingue por su fuerte enfoque en el manejo de armas. También contiene técnicas de mano vacía, pero su rasgo distintivo es la transición fluida entre armas y combate sin armas, y el entrenamiento orientado a la eficacia en situaciones reales de supervivencia. Nació y se desarrolló en Filipinas —incluyendo la época colonial española— en un contexto donde la población recurría a utensilios cotidianos para defenderse, lo que explica su naturaleza práctica, directa y adaptada al combate urbano.

Kali vs. Karate / Taekwondo. Estas disciplinas se centran más en patadas, golpes y formas (katas/pumse) sin armas; el Kali prioriza el trabajo con armas, la economía de movimiento y la aplicación directa a distancias cortas y medias.Kali vs. Judo / Brazilian Jiu-Jitsu. Judo y BJJ se especializan en agarres, proyecciones y lucha en el suelo. El Kali enseña desarmes, control de distancia y cómo evitar que la pelea llegue a agarres cuando hay armas implicadas.Kali vs. Boxeo. El boxeo desarrolla mano a mano y juego de pies con un enfoque deportivo en puños. El Kali incorpora golpes pero los integra con manejo de objetos y con ejercicios que desarrollan coordinación bilateral (trabajar ambas manos).Kali vs. Krav Maga. El krav maga es un sistema de defensa personal muy pragmático y orientado a neutralizar amenazas rápidamente, a menudo con técnicas simples y efectivas. El Kali comparte esa practicidad, pero aporta una mayor técnica en el uso de armas y en la transferencia de esas técnicas al combate sin armas.

Cómo empezar a practicar Kali

Y aunque esta disciplina parezca muy complicada, Ortega asegura que cualquiera puede practicarla: «No existen limitaciones físicas para el desarrollo de esta actividad. Al contrario. En mis años de experiencia con este arte marcial he entrenado con personas con capacidades físicas muy diferentes: personas de 80 años que han querido probar y entrenar para mantenerse activos, así como personas que, tras una operación cerebral, han practicado esta disciplina como forma de rehabilitación de sus capacidades psicomotrices».

Precisamente esa adaptabilidad es una de sus mayores fortalezas: las técnicas pueden modularse por intensidad y ritmo, y muchas escuelas ofrecen clases específicas para principiantes o sesiones rehabilitadoras supervisadas por instructores cualificados.

Pablo Ortega lo tiene claro: para poder empezar solo necesitas ser paciente y constante. «Las artes marciales son una carrera de fondo. Siempre se aprende y en cada momento hay que disfrutar de ello».

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