Frasco de pastillas

Para dejar los antidepresivos se debe seguir un protocolo establecido por un médicoTom Varco / CREATIVE COMMONS

Antidepresivos: ¿Cómo afectan a la frecuencia cardíaca? ¿Por qué unos engordan y otros no?

Analizan 30 antidepresivos para estudiar sus efectos secundarios

Los antidepresivos pueden provocar efectos físicos muy distintos entre sí, con diferencias significativas en cuanto al impacto sobre el peso corporal, la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Así lo demuestra una revisión sistemática y un metaanálisis en red publicados en The Lancet, que comparan treinta fármacos utilizados en el tratamiento de trastornos mentales, sin que ello implique cuestionar su utilidad clínica. Los autores recalcan que estos medicamentos siguen siendo herramientas esenciales en la atención a la salud mental y que los resultados obtenidos deben orientar hacia un enfoque más personalizado en la prescripción, adaptado a las necesidades y circunstancias de cada paciente.

Cambio de peso

El estudio, que integra los datos de 151 ensayos clínicos y 17 informes emitidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), analiza a más de 58.000 pacientes tratados con antidepresivos durante un periodo medio de ocho semanas. En ese marco, se observó que el cambio de peso puede oscilar hasta en 4 kilogramos entre un medicamento y otro.

La agomelatina se asoció con una pérdida media de 2,5 kg, mientras que la maprotilina generó un aumento de 2 kg

De este modo, algunos compuestos favorecen la ganancia de peso en cerca del 50 % de quienes los consumen, mientras que otros inducen una reducción ponderal en un porcentaje similar de pacientes.

Frecuencia cardíaca

Otro de los hallazgos relevantes se refiere a la frecuencia cardíaca. Se detectaron diferencias de más de 20 pulsaciones por minuto (BPM) entre medicamentos. La fluvoxamina, por ejemplo, provocó una disminución de aproximadamente 8 BPM, mientras que la nortriptilina generó un incremento de 14 BPM. En lo que respecta a la presión arterial, las variaciones alcanzaron más de 10 mmHg: en el caso de la nortriptilina, se reportó una reducción media de 7 mmHg, frente al aumento de 5 mmHg asociado al uso de doxepina.

Función hepática o renal

Pese a estos efectos fisiológicos, la mayoría de los fármacos analizados no mostró impactos significativos sobre parámetros como la función hepática o renal, los niveles de electrolitos o el ritmo cardíaco. Sin embargo, los investigadores advierten que los resultados se limitan a un promedio de ocho semanas de tratamiento y que aún se desconoce si estas alteraciones persisten o se modifican con el uso prolongado. Por tanto, instan a realizar nuevos estudios que permitan conocer con mayor precisión el perfil de seguridad física a largo plazo de estos medicamentos.

Los responsables del trabajo consideran que estas diferencias en los efectos secundarios físicos deberían reflejarse en las guías clínicas de tratamiento. A su juicio, las decisiones terapéuticas no pueden tomarse de forma estandarizada, sino que deben consensuarse entre el médico y el paciente, valorando las posibles consecuencias en función de su salud general y preferencias personales. También reconocen que su análisis no aborda otras dimensiones importantes de los antidepresivos, como los efectos emocionales o sexuales ni las variaciones en su eficacia, aspectos que deberían complementarse con los datos físicos para una elección integral del tratamiento.

En suma, la investigación aporta una perspectiva novedosa sobre el impacto somático de los antidepresivos y refuerza la necesidad de una medicina más individualizada, donde cada paciente reciba la opción terapéutica más adecuada a sus características clínicas y personales. Queda por ver si las autoridades sanitarias y los profesionales integrarán estos hallazgos en la práctica habitual.

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