El embajador de Taiwán en España, José María Liu

El embajador de Taiwán en España, José María LiuMiguel Pérez Sánchez

Salud

«Negar la experiencia de Taiwán es una pérdida moral, material y sanitaria para el mundo»

Sin un solo confinamiento, la gestión de Taiwán durante la pandemia ha sido ejemplar. Pero el conflicto chino le impide participar en las reuniones de la OMS. Sobre este asunto hablamos con el embajador en España, José María Liu

A pesar de ser uno de los países considerados de alto riesgo al comienzo de la pandemia, la gestión de Taiwán para contener ha sido ejemplar. El bajo número de fallecidos registrados a pesar de no haber implantado ni un solo confinamiento ha sido elogiado ampliamente por revistas científicas internacionales. Sin embargo, el conflicto político impide que este pequeño país participe en las reuniones de la OMS por el veto de China.
–Apenas poco más de 1.000 muertes para una población de más de 23 millones sin un solo confinamiento. ¿Cuál ha sido el secreto de Taiwán?
–El llamado «modelo de Taiwán» para el control de la pandemia se ha sustentado en cinco claves: experiencia, rapidez de respuesta, aplicación de la tecnología moderna, transparencia, porque hemos mantenido a la población bien informada, y colaboración ciudadana. En los últimos días estamos sufriendo un incremento de casos debido a la variante ómicron, que nos ha impulsado a reforzar de inmediato las medidas de prevención.
A día de hoy, nuestros esfuerzos se centran en acelerar el ritmo de vacunación, con más del 80 por ciento de la población que ha recibido ya la segunda dosis y más del 60 por ciento, la tercera. A partir del 16 de mayo, hemos comenzado con la cuarta dosis para mayores de 65 años, residentes en centros de cuidados a largo plazo y personas inmunodeprimidas mayores de 18 años.
–Taiwán ha sido elogiado por la gestión de la pandemia, pero el bloqueo chino ha impedido que el resto del mundo haya aprendido de su experiencia al respecto. ¿Es hora de que la OMS incluya a Taiwán en su Asamblea General?
–La OMS no se atiene a la neutralidad y profesionalidad y sigue excluyendo a Taiwán por la presión de China, lo cual compromete seriamente la seguridad sanitaria mundial. Mientras el mundo entero continúa luchando contra la COVID-19, los logros de Taiwán en la contención de la pandemia han sido ampliamente reconocidos. Continuando con nuestros lemas de «Taiwán puede ayudar» y «Taiwán está ayudando», nuestra determinación de participar en la cooperación médica y sanitaria mundial permanece invariable.
Por ello, instamos a la OMS para que se adhiera a los principios de profesionalidad y neutralidad, rechace las interferencias políticas inapropiadas e invite a Taiwán a participar en su Asamblea Mundial de la Salud, que se celebra del 22 al 28 de mayo, en calidad de observador.
–Desde el comienzo de la pandemia, las relaciones entre la República Popular de China y la OMS no han sido precisamente cordiales ante la falta de cooperación. ¿Por qué se ha mantenido esa aparente colaboración?
–Nos guste o no, no podemos negar la influencia de China en las organizaciones dependientes de Naciones Unidas, de las que Taiwán permanece excluido por razones meramente políticas. Nosotros creemos en el papel muy necesario de la OMS, pero la principal reforma que debería acometer sería la de convertirse en un organismo que cumpliera verdadera y eficazmente con su objetivo principal de «no dejar a nadie atrás».

Negar la experiencia de Taiwán es una pérdida moral, material y sanitaria para el mundo

Negar la participación a quienes tienen experiencia, capacidad y deseo de contribuir, como es el caso de Taiwán, es una pérdida moral, material y sanitaria para todo el mundo. La OMS debe adherirse a los principios de profesionalidad y neutralidad y admitir la participación significativa de Taiwán si quiere ser verdaderamente eficaz.
–¿Qué valoración hace de la estrategia 'covid cero' de la República Popular de China?
–Estamos de acuerdo con la opinión de Tedros Adhanom, de que la política de covid cero que practica China hoy no es sostenible. La situación sanitaria a día de hoy exige que sigamos manteniendo la alerta, pero también que aprendamos a convivir con él.
La estrategia ha de pasar necesariamente por intensificar la vacunación, continuar trabajando en la investigación y el seguimiento de nuevas variantes y seguir utilizando las medidas de protección que han demostrado su eficacia, como el uso de mascarillas y el mantenimiento de la distancia social cuando sean necesarias, y evitar así un impacto negativo en la economía y en el funcionamiento de la sociedad. En Taiwán no hemos recurrido en ningún momento al confinamiento, y hemos disfrutado de un desarrollo económico sobresaliente, con un crecimiento económico superior al 6 por ciento en el último año.
–¿Cree que República Popular de China utilizará la dependencia mundial de productos sanitarios derivada de la pandemia para limitar todavía más el reconocimiento de Taiwán?
–Cediendo a la presión de China, la OMS vuelve a demostrar una total indiferencia con el derecho a la salud de los 23,5 millones de taiwaneses, y provoca una fisura de irreparables y perjudiciales consecuencias en el sistema sanitario internacional, cuando todos sabemos que la cooperación internacional es la única manera de frenar con éxito una pandemia como la COVID-19, a la que ningún país puede enfrentarse solo. Confiamos, no obstante, en la respuesta y el apoyo que estamos recibiendo de la comunidad internacional.
El reciente encuentro de ministros de Asuntos Exteriores del G7, celebrado del 12 al 14 de mayo en Alemania, apoya en su comunicado la participación significativa de Taiwán en la Asamblea Mundial de la Salud y en las reuniones técnicas de la OMS, y recuerda que la comunidad internacional debería poder beneficiarse de la experiencia de todos los socios.
–¿Es previsible a corto plazo, tras la invasión rusa de Ucrania, una operación similar en Taiwán por parte de la República Popular China?
–El riesgo de confrontación militar en el Estrecho de Taiwán existe. Para nosotros, Taiwán no es como Ucrania, pero nuestra preocupación es que China sí sea como Rusia, o peor aún. Es decir, una potencia hegemónica capaz de socavar la paz y la estabilidad no solo en la región, sino en todo el mundo. Por nuestra realidad geopolítica, los taiwaneses tenemos en común con los ucranianos un vecino grande, hegemónico y hostil que nos amenaza y que no está dispuesto a renunciar al uso de la fuerza, como demuestra con las continuas incursiones de aviones militares chinos en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán.

La realidad nos da una cruda lección de que algo similar a lo que ha sucedido en Ucrania podría también suceder en Taiwán

La realidad nos da una cruda lección de que algo similar a lo que ha sucedido en Ucrania podría también suceder en Taiwán. Pero la resistencia que está demostrando el pueblo ucraniano tras la invasión de Rusia inspira al pueblo taiwanés y refuerza nuestro compromiso de seguir defendiendo nuestra libertad y democracia.
–¿Existen mecanismos en el derecho internacional más allá de las sanciones económicas para detener una eventual invasión china?
–Más allá del derecho internacional, nosotros apostamos por una verdadera alianza de países democráticos. Somos conscientes de que si Occidente no enseña los dientes ante lo que está ocurriendo en Ucrania, se estará sembrando un precedente para que otras potencias autoritarias, como es el caso de China, hagan lo que les venga en gana. Tal y como le ha sucedido a Ucrania, nosotros sufrimos la continua amenaza de China, y por eso hacemos un llamamiento a los países democráticos para que permanezcamos unidos ante cualquier invasión autoritaria.
Si el régimen chino viera síntomas de que la unidad entre los países democráticos no es del todo sólida, podría verse tentado a aprovechar la situación que se vive en Ucrania para desestabilizar el Estrecho de Taiwán. Estos son momentos decisivos en los que las alianzas democráticas debemos unirnos fuertemente frente a la expansión hegemónica.
–La guerra en Ucrania ha demostrado la ineficacia de un Consejo de Seguridad con países con derecho a veto. ¿Es necesario replantearse el modelo de Naciones Unidas?
–Como le comentaba antes en relación a la OMS, la influencia de China en la ONU es indudable, pero la comunidad internacional no debería permitir que potencias como Rusia y China continúen con su expansión hegemónica sin respetar el orden internacional basado en leyes.
En relación a Ucrania, el comunicado del G7 pide a China que apoye, de acuerdo con la ley internacional, la soberanía y la independencia de Ucrania y exige a Rusia que detenga su agresión militar. Creemos que la ONU debe hacer verdaderamente efectivos sus principios, tal y como exige no solo Taiwán, sino toda la comunidad internacional.
–¿Qué futuro le espera a Taiwán a nivel económico y social?
–Los grandes retos que Taiwán deberá afrontar en el año 2022 se centran en defender nuestra libertad, democracia y conexión con el mundo. Nuestra presidenta Tsai Ing-wen ha remarcado los cuatro pilares del plan de este año para una gobernabilidad estable en la República de China (Taiwán): continuar con nuestro compromiso global, mantener nuestro impulso económico, fortalecer nuestra red de seguridad social y salvaguardar la soberanía de nuestra nación. Todo ello con el objetivo de mantener nuestros valores de libertad y democracia y trabajar para garantizar la paz y la estabilidad en la región del Indo-Pacífico.
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