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El número de SPF indica la cantidad de tiempo que tendría que transcurrir para que el sol queme tu pielGTRES

Este es el motivo por el que nos quemamos al final del verano

Existe la creencia de que el sol del septiembre «quema menos», pero los índices ultravioleta continúan siendo elevados

El final del verano llegó, como dijo aquella famosa canción. Aunque aún queden unos días de período estival, tenemos ya la mente puesta en la estación siguiente. Sin embargo, son muchos los que deciden coger sus vacaciones en este mes de septiembre o los que quieren aprovechar hasta el último rayo de sol en playas y piscinas.
Es cierto que la temperatura comienza a descender notablemente, en especial durante la madrugada y por las mañanas, abandonando las noches tropicales que se habían instalado este verano en buena parte del país. Además, el sol no 'pica' tanto y las horas de luz descienden con respecto a junio y julio. Todo esto hace que tendamos a cometer varios errores cuando tomamos el sol al final del verano.

Radiación UV

Para empezar, existe la creencia de que el sol del septiembre «quema menos» que el de julio o agosto. Sin embargo, los índices ultravioleta continúan siendo elevados. Según los datos ofrecidos por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este mes la radiación oscila entre los niveles 6 y 13 en España, siendo alta en el norte peninsular y aumentando según se viaja hacia el sur del país, de manera que en Andalucía se encuentra muy alta y en las Islas Canarias extremadamente alta.
Aunque a estas alturas es probable que nuestra piel ya esté morena y, por tanto, contemos con más protección natural frente a la radiación ultravioleta, si nos exponemos de forma prolongada correremos un alto riesgo de quemarnos.
Según comenta la dermatóloga Montserrat Fernández Guarino a El Debate, «incluso cuando has secretado melanina para defenderte del sol te puede seguir quemando siempre que se sobrepasen los límites». Este peligro aumenta cuando directamente prescindimos de la crema solar al pensar que el sol de septiembre ya no es dañino.
Asimismo, muchas personas deciden ir descendiendo el factor de protección de su crema a medida que avanza el período estival, de forma que llegan a septiembre usando uno extremadamente bajo o incluso un aceite sin ningún tipo de protección. Esto es un error, ya que según la Skin Cancer Foundation (Fundación del Cáncer de Piel), el número de SPF indica la cantidad de tiempo que tendría que transcurrir para que el sol queme tu piel. Por ello, si el SPF es de 30, los rayos UVB tardan 30 veces más en penetrar la piel.
Por ello, conviene mantener un factor de protección alto durante todo el verano, preferiblemente el máximo, ya que de esta forma estaremos más seguros frente a posibles quemaduras.

Días nublados

Es importante protegerse del sol durante todo el año e incluso los días nublados. Esa afirmación popular de que «el resol pone moreno» es correcta, ya que aunque el cielo esté encapotado, hasta el 40 % de la radiación ultravioleta llega a la tierra, lo que hace que nos pongamos morenos pero también que se pueda dañar la piel.

Consejos para no quemarse

Las recomendaciones de los dermatólogos para evitar sufrir lesiones cutáneas por la exposición al sol en septiembre son las que ya conocemos:
  • Aplicar crema antes de exponerse al sol y repetir el proceso cada dos horas y después de cada baño.
  • Evitar las horas centrales del día (entre las 12 y las 16).
  • Extremar la precaución con los menores de tres años, intentando evitar que se expongan más de media hora al día.
  • Secarse bien después de bañarse, ya que el 'efecto lupa' de las gotas de agua favorece las quemaduras solares.
  • Calmar la piel tras la exposición con un aftersun.

Qué hacer si ya me he quemado

En caso de que sea demasiado tarde y el sol ya haya dañado nuestra piel, es recomendable curar la zona como si de una herida se tratase. Se debe dar un baño con agua fría y, posteriormente, aplicar aloe vera, ya que tiene un efecto cicatrizante, refrescante, calmante y regenerador de la piel. Además, habrá que evitar volver a ponerse al sol, ya que la quemadura podría empeorar. La doctora Fernández Guarino aconseja también hidratar la piel con cremas, llevar una dieta saludable y rica en antioxidantes y tener una buena hidratación.
Sin embargo, la especialista afirma que es difícil recuperar el daño solar. «Deja unas marcas en nuestro ADN, no solo en la forma de envejecimiento sino a nivel de las células».
En conclusión, en septiembre aumentan los casos de personas que sufren quemaduras por el sol debido a que nos relajamos a la hora de protegernos. Debemos tomar las mismas precauciones que el resto del verano, puesto que la radiación UV continúa siendo alta.
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