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29 de abril de 2024

Los niños y adolescentes son más propensos a sufrir problemas mentales por la pandemia

Los niños y adolescentes son más propensos a sufrir problemas mentales por la pandemiaPixabay

Niños fantasma: la secuela del coronavirus que se ceba con los jóvenes

El aislamiento y la falta de interacción están empezando a provocar nuevos síntomas entre los niños y adolescentes

Confinamientos, restricciones, protocolos y, sobre todo, mucha distancia social. La pandemia del coronavirus ha creado un nuevo paradigma de comportamiento al que no siempre es fácil acostumbrarse. Esto se hace especialmente sensible entre niños y adolescentes, que se ven más afectados por el desgaste mental que supone.
Ahora los psicólogos están empezando a alertar de los «niños fantasma»: infantes o adolescentes que, tras meses de confinamientos, temen volver a la rutina de las aulas o relacionarse con otras personas de su edad por miedo al coronavirus.
Muestran episodios de ansiedad o depresión y solo se sienten cómodos en sus casa. Como describen Jane Gilmour y Bettina Hohnen, del University College de Londres a Daily Mail, «la pandemia hizo que muchos jóvenes pasaran de tener tendencias bastante inofensivas a un comportamiento preocupante».
Según estas expertas, el encierro en particular, unido a la amenaza constante de enfermedad y muerte, provocaron un aumento de los problemas de salud mental, uno de los factores que lleva a los menores a abandonar el sistema educativo.

Daños a largo plazo

Los niños y adolescentes se vuelven cada vez más apáticos y pierden interés en las cosas que antes les importara, lo que puede causar daños emocionales a largo plazo. Por eso, estas psicólogas del University College proponen una serie de consejos para abordar esta situación:
1. Mantente conectado. Estas psicólogas aconsejan hacer actividades en común para conectar con ellos, como compartir juegos que les gusten, o deportes. «La investigación muestra que son los pequeños micro-momentos de conexión en las relaciones los que nos unen», señalan.
2. Habla de asuntos difíciles. «Hablar de problemas emocionales en casa tiene dos efectos poderosos: ayuda a los niños a etiquetar los sentimientos día a día y envía un mensaje de que la familia comparte los altibajos. Al hacerlo, es más probable que describan sus sentimientos acerca de la escuela, lo que será crucial para su regreso», explican.

Mostrar interés o curiosidad puede ayudar a crear un diálogo fluido

3. Muestra interés. Mostrar interés o curiosidad puede ayudar a crear un diálogo fluido. «Recuerda que escuchar no es lo mismo que estar de acuerdo», advierten, «pero si puede reconocer sus sentimientos, estará en el camino hacia una solución».
4. Déjale autonomía. Estas psicólogas recuerdan que los adolescentes están «programados» para buscar su independencia y darles algo de autonomía mejorará su rendimiento.
5. Haz cambios graduales. «Hacer las cosas demasiado rápido no funciona; se sentirán abrumados y hará que retrocedan, así que cualquier cambio tendrá que ser paso a paso», destacan.

Los adolescentes sienten emociones más intensamente que los niños o los adultos

6. Espera, y asume, los contratiempos. «Los retrocesos son duros pero inevitables, así que asume que habrá baches por el camino», comentan las expertas. «La ciencia muestra que los adolescentes sienten emociones más intensamente que los niños o los adultos, así que no te sorprendas si aumentan las tensiones».
7. Asegúrate de que tú también eres compatible. El papel de padre puede ser agotador, así que busca el apoyo de familiares y amigos. «Asegúrate de mantener contacto con el colegio para desarrollar un plan compartido de comunicación, ya que es más probable que sea efectivo», concluyen las expertas.

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