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27 de abril de 2024

Henri  Toulouse-Lautrec, “La cama”

Henri Toulouse-Lautrec, «La cama»

¿Por qué nuestros antepasados dormían por tramos en vez de hacerlo seguido?

Este patrón de sueño se podría producir debido a un problema bastante común en la era industrializada: el insomnio en mitad de la noche

Si hay algo en lo que toda la humanidad se pone de acuerdo es en la cantidad mínima de horas que una persona tiene que dormir para evitar los efectos negativos que se originan, según los expertos, al no descansar ocho horas.
Lo normal es que las personas duerman por la noche porque que es cuando se tiene más tiempo y hay menos luz. Pero ¿siempre fue así? ¿Siempre se durmieron ocho horas seguidas?
La forma de dormir actual podría tener menos de 300 años, según el libro At Day's Close: Night in Times Past, del historiador e investigador Arthur Roger Ekirch, adscrito al Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia. En él argumentó que esta modalidad de sueño surgió con el advenimiento de la Revolución Industrial.
El autor del libro estaba investigando sobre la vida nocturna de Europa y la Norteamérica preindustriales cuando comenzó a encontrar referencias al sueño que no se correspondían con las actuales. Los documentos que leyó hablaban de un primer sueño y un segundo sueño.
Es decir, nuestros antepasados dormían en dos bloques de cuatro horas (por lo que también hacían las ocho horas recomendadas, pero de una manera diferente), lo que se conoce como un sueño bifásico.
Durante ese tiempo las personas se quedaban en la cama, rezaban o mantenían conversaciones con sus familiares. Otras, en cambio, se levantaban y comenzaban a realizar diversas tareas, incluso invitaban a vecinos antes de volver de nuevo a la cama.
La revolución industrial del siglo XIX constituye, probablemente, la transformación más radical que han vivido las sociedades de Europa y Norteamérica en toda su historia. El cambio alcanza todos los niveles de la existencia humana (económico, técnico, político...) incluyendo las costumbres y modos de vida de todas las capas de la sociedad.
Según el autor, este patrón de sueño se podría producir debido a un problema bastante común en la era industrializada: el insomnio en mitad de la noche. Por lo que el sueño bifásico sería una forma de dormir más natural y saludable para el organismo.

Los problemas del sueño bifásico

Aunque está demostrado que esta modalidad de dormir era natural en Europa y en Norteamérica, no se sabe con certeza si el resto de sociedades también hacía lo mismo o dormía siete u ocho horas seguidas. Un ejemplo de esto es el Lejano Oriente, donde las menciones a un primer o segundo sueño son prácticamente inexistentes.
De hecho, otros estudiosos han objetado que existen evidencias importantes de que el modo de dormir, como sucede en la actualidad, era diferente según las personas y estaba atravesado por factores diversos como la actividad laboral, la ideología o la clase social.
Se organice como se organice, lo que sí que parece indicar la evidencia científica es que los humanos necesitamos universalmente dormir una media de al menos siete horas diarias para preservar nuestra salud, coincidentes más o menos con el ciclo noche y día.
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