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Una niña, llevada en brazos por su madreVperemen.com

Sustracciones de menores

Así operan las 'Natashas', mujeres rusas que se ayudan para llevar a cabo secuestros parentales

Se las conoce como 'Natashas', en referencia a la oleada de mujeres rusas que, tras caer el muro de Berlín en 1989, traspasaron el ya extinto telón de acero en busca de occidentales con los que casarse y tener hijos para conseguir así una vida acomodada.
Décadas después de aquello, el apelativo ha cobrado un nuevo significado. Decenas de mujeres de ese país, según fuentes consultadas para este reportaje, se consultan y ofrecen recomendaciones en grupos cerrados de Facebook con la intención de llevar a cabo secuestros parentales y llevarse a los hijos concebidos con sus parejas españolas a Rusia sin el consentimiento del otro progenitor.
Los nombres de los grupos son, en su traducción al español, «Chicas en España», «Mamás en España» y un tercero, el más hermético de todos, llamado «Matryoshka». Sus miembros se cuentan por miles y solo se concede el acceso a los perfiles verificados que se ajusten al perfil de los colectivos, esto es, mujeres rusas que residan en territorio español.
El contenido de las publicaciones es diverso y, en su mayoría, las usuarias se ayudan entre sí en relación a una amplia variedad de ámbitos: cuestiones sociales, aspectos burocráticos, administrativos y laborales, ayudas… Pero entre ellos se cuelan ocasionalmente consultas sobre sustracciones de menores.
Javier Somoza, afectado por un secuestro y portavoz de la Asociación Niños sin Derechos (Nisde), que proporciona apoyo y asesoramiento a las víctimas de este delito; presentó en 2017 una denuncia contra algunas miembros del grupo «Chicas en España», en el que expuso, con pruebas visuales (capturas de pantalla) y perfiles de sus autoras, comentarios sobre esta cuestión que podrían ser constitutivos de delito.

El grupo de Facebook «Chicas en España» fue objeto de la denuncia del portavoz de Nisde en 2017

En el atestado, al que ha tenido acceso El Debate, se recogían a modo ilustrativo varias de estas publicaciones. Una de ellas correspondía a una usuaria que, bajo el nick G. D. D. (nombre completo omitido por motivos de privacidad), aseguraba «haberse traído de Alemania a su hijo sin el conocimiento del padre alemán» y se ofrecía como «mediadora» para «facilitar un contacto en Francia» que podría incluso proporcionar «documentación falsificada» para llevar a cabo el secuestro. En la publicación en cuestión, la mujer afirmaba residir con su hijo en Valencia, donde regentaba un negocio, y pedía que quienes desearan recurrir a su labor de mediación contactaran con ella por mensajería privada.
Otro de los ejemplos denunciados era el de una persona identificada como E. P., quien a través de un mensaje solicitaba «consejo para una mujer rusa residente en Tenerife, con pareja española y con un bebé lactante» que quería llevarse al menor a Rusia sin obtener el consentimiento del padre, contra el que supuestamente había formulado una denuncia y que disponía, según aseguraba la titular del perfil, de una orden de alejamiento contra él.
La última de las publicaciones denunciadas hacía referencia a una usuaria llamada E. N., identificada por las autoridades y con residencia en Moscú en el momento de los hechos. La mujer, una de las más activas del grupo, afirmaba haberse llevado a su hijo a la capital rusa sin el permiso del padre, a quien había denunciado por malos tratos. Entre los mensajes publicados, E. N. describía «cómo deben mostrarse otras mujeres que quieran hacerlo [la sustracción] ante jueces, fiscales, psicólogos y abogados para obtener una sentencia condenatoria de violencia de género contra sus parejas» y despejar así el camino para consumar el rapto.

Dos de los tres grupos hacen una inmensa labor social y de integración de las mujeres rusohablantes y les facilitan un montón de ayuda y consejos. Pero como en todo, siempre hay alguna manzanaJavier Somoza, portavoz de Nisde

En este sentido, la denuncia también recoge «uno de los consejos que se da en el perfil de cómo poder hacerlo»: acudiendo al Consulado Ruso en España, donde «facilitan la repatriación de las ciudadanas que afirman tener un hijo español y encontrarse solas», supuestamente por «no hacerse cargo el padre del menor ni reconocerlo» y con la anuencia de la oficina consular, que «facilita la repatriación sin ningún tipo de rigor».
Aunque la denuncia fue sobreseída por el Juzgado de Instrucción nº 6 de La Coruña –ciudad en la que fue presentada como lugar de residencia del demandante– por falta de indicios, el auto emitido reconoció una posible comisión de delito en las publicaciones. «De lo actuado se desprende que los hechos investigados son constitutivos de infracción penal, si bien no existen motivos suficientes para atribuir su perpetración a persona alguna determinada», determinó la resolución publicada el 22 de septiembre de 2017, cinco meses después de la fecha del atestado.

Último rastro

La última vez que Somoza tuvo conocimiento de estos grupos fue hace unos días a través de una noticia publicada por la cadena estatal rusa Vesti.ru, que recogía la historia de un hombre de dicho país, Sergei Karievsky, que había perdido la custodia de sus hijos después de que su mujer, también rusa, lo denunciara por violencia de género ante la justicia española. Al margen de la veracidad o no del relato, difícil de contrastar, la parte final de la noticia hacía referencia al grupo Matryoshka, otro de los que proporcionan consejos a mujeres rusas para llevar a cabo sus acciones.
Así, el artículo en cuestión señala a la entidad, que se presenta como una «organización caritativa de mujeres», como una de las «organizaciones pseudopúblicas» que, con la «pantalla» de ayudar a mujeres rusas a salir de situaciones difíciles, se aprovecha de la ley española contra la violencia de género para «enseñar a las mujeres rusas a tratar a los maridos y quitarles sus bienes». Según Vesti.ru, la esposa de Sergei Karievsky había contactado con Matryoshka durante su proceso de separación.
«Tanto 'Mamás en España' como 'Chicas en España'[los dos grupos en los que, según el portavoz de Nisde, se ofrecen recomendaciones relativas a las sustracciones parentales] hacen una inmensa labor social y de integración de las mujeres rusohablantes y les facilitan un montón de ayuda y consejos. Pero como en todo, siempre hay alguna manzana podrida, y es entonces cuando la derivan a Matryoshka», apunta Somoza.

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