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27 de abril de 2024

tormenta

Este año ha llovido más de lo habitual en África meridional, el norte de América del Sur o el este de AustraliaGTRES

Qué es el episodio de La Niña y por qué está causando sequía e inundaciones

La Organización Meteorológica Mundial asegura que esta alteración, que ha abarcado tres años consecutivos, seguirá perturbando la configuración de las precipitaciones y patrones de temperatura

Las variaciones climáticas están a la orden del día. Influidas en su mayoría por la actividad humana, se han intensificando los estados meteorológicos hasta niveles extremos, se han alterado las temperaturas en amplias zonas del planeta y se ha producido un aumento del nivel del mar en muchas zonas de costa, entre otros cambios perceptibles.
Un ejemplo de esto es lo que está ocurriendo con el episodio de La Niña, que forma parte de un ciclo natural-global del clima conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). Este ciclo cuenta con dos extremos: una fase cálida –El Niño– y otra fría –La Niña–. Aunque en España no nos sea del todo familiar, debido a que no nos afecta directamente, los expertos se muestran preocupación por las consecuencias a nivel humanitario que este fenómeno está causando en zonas del planeta ya de por sí desfavorecidas.
La Niña produce un enfriamiento a gran escala de las aguas de la superficie oceánica, en especial en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial. Además, también genera otros cambios en la circulación atmosférica tropical, como es el caso de los vientos, la presión y las precipitaciones. Este tiene efectos contrarios en el tiempo y el clima a los de El Niño, que constituye la fase cálida del fenómeno ENOS (El Niño‑Oscilación del Sur).
A pesar de que La Niña sea un fenómeno natural, se produce en un contexto de cambio climático, lo que hace que este sea inusualmente persistente y prolongado, perdurando hasta el final del invierno en el hemisferio norte y del verano en el sur.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) asegura ahora que este episodio, calificado como «triple» y que ha abarcado tres años consecutivos, seguirá alterando la configuración de las precipitaciones y patrones de temperatura y conformará un agravante para las sequías y las inundaciones en diferentes partes del mundo.
El informe de la organización explica que existe un 75 % de posibilidades de que La Niña persista durante el período de diciembre de 2022 a febrero de 2023. Ese porcentaje desciende hasta el 60 % para los meses de enero a marzo y al 55 % de que se instauren unas condiciones neutras.
«Las condiciones características de un episodio de La Niña se instauraron en el Pacífico tropical en septiembre de 2020 y, salvo breves interrupciones, han persistido desde entonces, pero el efecto de enfriamiento que este fenómeno ejerce en las temperaturas mundiales solo ha sido transitorio y limitado», afirmó el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas. «Los últimos ocho años van camino de ser los más cálidos de los que se tiene constancia, y el aumento del nivel del mar y el calentamiento de sus aguas se ha acelerado».

Tercer año consecutivo

La Niña vuelve por tercer inverno consecutivo, algo que no suele ser habitual. Desde el año 1950, solo se ha producido un episodio triple de La Niña en tres ocasiones. Sin embargo, a pesar del fenómeno, tanto el 2021 como el 2022 fueron más cálidos que cualquier año anterior a 2015.
«Este persistente episodio de La Niña está prolongando las condiciones que provocan sequías e inundaciones en las regiones afectadas. La comunidad internacional está especialmente preocupada por la catástrofe humanitaria que está castigando a millones de personas en el Cuerno de África a raíz de la sequía más pertinaz y grave de la historia reciente», dijo el profesor Taalas.
Este año, la configuración de las precipitaciones en muchas regiones ha estado marcada por el episodio de La Niña: condiciones más secas de lo habitual en la Patagonia, en Hispanoamérica, y en el suroeste de América del Norte, así como en el este de África.
Por contra, ha llovido más de lo habitual en África meridional, el norte de América del Sur, el Continente Marítimo y el este de Australia. En el sureste asiático las lluvias monzónicas fueron más intensas y prolongadas fruto del episodio de La Niña, mientras que el Pakistán experimentó lluvias devastadoras en julio y agosto.
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