Las pruebas de que Igualdad miente con las pulseras antimaltrato: «Se desconecta cada dos por tres»

El pasado 19 de septiembre, después de que la Fiscalía General del Estado desvelase en su Memoria Anual de 2024 fallos en los sistemas de protección de las víctimas de violencia de género a través de pulseras telemáticas, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, expresó de forma contundente que las incidencias «se abordaron y se resolvieron en 2024».

Asimismo, la titular de Igualdad aseguró que hay «control telemático sobre los maltratadores», las pulseras antimaltrato «funcionan» y «las víctimas están protegidas». Tras estas declaraciones, Redondo acusó al PP de crear una «realidad paralela» y una «una alarma social innecesaria» sobre un tema «muy delicado» y que tiene a «muchas mujeres asustadas».

Estas palabras han sido repetidas desde entonces en numerosas ocasiones por parte de la ministra, quien sigue negando rotundamente que los fallos en las pulseras telemáticas persistan. Sin embargo, la realidad dista bastante del relato gubernamental. «La pulsera se desconecta a diario: en el trabajo, durmiendo, se desconecta cada dos por tres», asegura un presunto agresor usuario de este sistema –que prefiere mantener su anonimato– a El Debate.

«Hay veces que me llaman para ver por qué está desconectada y la tengo en el bolsillo. Es verdad que no dura mucho, pero puede seguir aumentando», revela. Además, señala que cuando se encuentra en su domicilio «que hay perfecta cobertura», apunta, «a medianoche empieza a chillar como si no hubiera un mañana, porque tiene un volumen altísimo y me despierta y es porque se ha desconectado. Es así todos los días, prácticamente», afirma.

Igualmente, desvela que los fallos no solo se limitan a la conexión, sino que también constan errores de simultaneidad incompatibles con hechos reales. «En la última denuncia que tengo aparece como si en los mismos minutos hubieran estado dos dispositivos dentro del mismo lugar a la vez. Si yo tengo un dispositivo que controla la entrada a la zona, entro a las 18:05 y salgo a las 18:20. No es posible que en esos mismos 20 minutos aparezca que he vuelto a entrar y salir. O estoy dentro, o estoy fuera», explica en conversación con este periódico.

Efectivamente, en el atestado de este caso en concreto, al que ha accedido este periódico, se puede observar cómo el acusado entra a las 18:02 del 25 de junio de 2025 a la zona de exclusión y sale a las 18:25. Sin embargo, también se muestra cómo entra a las 18:14 y sale a las 18:29, por lo que las horas se solapan y configuran un claro fallo técnico de la pulsera.

Asimismo, el acusado relata que hace poco tuvo un «problema serio» porque se acercó a la zona donde de encontraba su expareja sin saberlo y el dispositivo no se activó. «El sistema se quedó 'mudo' y yo no me enteré de que estaba entrando en zona de exclusión hasta que me avisaron. Yo ni lo sabía. Hasta que no lo resetearon, no volvió a sonar», explica ante los micrófonos de El Debate.

«Otro día diferente venía del trabajo con compañeros en el coche, me dejaron en casa y parece que la alarma saltó. Yo no me enteré de nada y mis compañeros tampoco escucharon nada. Ni siquiera sabían que llevaba la pulsera hasta que se lo conté. A veces te avisa si se desconecta, otras no. Puede sonar a medianoche o simplemente aparecer en la pantalla, pero sin emitir alarma. Si estás trabajando o haciendo cosas, no te enteras», expresa.