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02 de mayo de 2024

España cierra sus centrales nucleares mientras Europa apuesta por más reactores

España cierra sus centrales nucleares mientras Europa apuesta por más reactores

Independencia energética

La producción de energía nuclear en la UE alcanza el mínimo de los últimos 30 años

Entre 2021 y 2022, Francia tuvo que reparar 32 de sus 56 reactores y Alemania tres de seis

Según la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), la producción de energía nuclear en la Unión Europea durante el año 2022, registrando un descenso histórico del 16,7 % en comparación con el año anterior. Es el nivel más bajo desde que comenzaron a registrar en 1990.
Los datos serían muy inferiores de no haber sido por el resurgimiento de este tipo de energía en Europa después de la guerra en Ucrania y la consecuente crisis energética. Algunos países han optado por extender la vida útil de sus plantas nucleares, mientras que otros han decidido construir nuevas instalaciones. En ninguno de los dos casos se encuentra España.
La etiqueta de «cero emisiones» ha desempeñado un papel crucial en esta decisión, a pesar reticencias en algunos países. Poco antes de la invasión rusa, Bruselas reconoció a la nuclear como energía verde. En julio del mismo año el Parlamento Europeo adoptó la misma postura.
Según Eurostat, las centrales nucleares de la UE generaron un total de 609.255 gigavatios hora (GWh) de electricidad en 2022. La principal causa de esta disminución se centra en el parque nuclear francés, que experimentó una caída del 22 % en la generación de electricidad entre 2021 y 2022.
Este descenso se atribuye al descubrimiento de problemas de corrosión en varios tanques, obligando al cierre de 32 de los 56 reactores de que dispone para su mantenimiento. En 2022, la disponibilidad del parque nuclear francés fue tan solo del 54 %, muy por debajo de los años anteriores.
Por otro lado, Alemania cerró tres de sus seis reactores el 31 de diciembre de 2021, reduciendo a la mitad su producción nuclear para el año 2022. Este país ha sido uno de los más castigados por la guerra de Ucrania al no poder recibir gas de Rusia y verse forzado a quemar de nuevo carbón. Bélgica también cerró un reactor (Doel 3) durante el mismo periodo.
En contraste, solo un nuevo reactor en la UE se conectó a la red en 2022: Olkiluoto 3 en Finlandia, marcando un hito como el primer Reactor de Agua Presurizada (RAP) en Europa. Las ventajas de esta nueva tecnología son más estabilidad debido a su capacidad para reducir la potencia en respuesta a aumentos de temperatura, pueden operar con menos material –lo que aumenta su rentabilidad– y, al utilizar uranio enriquecido, pueden utilizar agua normal como refrigerador en vez de agua pesada.
Sin embargo, las expectativas para el año 2023 indican una posible estabilización en la producción de energía nuclear en la UE. Aunque las cifras de Eurostat se publican con un año de retraso, otras organizaciones, como Energy-Charts, sugieren un aumento leve en la producción de parques nucleares en 2023.

España, a la cola

Mientras que países como Francia tienen planeado la construcción de más reactores nucleares, el Gobierno de Pedro Sánchez continúa con su oposición a este tipo de energía al aprobar el Séptimo Plan de Residuos Radioactivos, que establece el cierre progresivo de los siete reactores nucleares en funcionamiento entre 2027 y 2035.
Además, propone un aumento del 40 % en la tasa que las empresas nucleares deben pagar por la gestión de residuos. Esto incrementará los costos para las nucleares, que ya enfrentarán gastos adicionales –estimados en más de 2.000 millones de euros– para reemplazar el almacén temporal por almacenes individuales en cada central.
La decisión de abandonar el proyecto del almacén temporal centralizado en Villar de Cañas se basó en la falta de «consenso social», a pesar de las objeciones de expertos, y el plan de desmantelamiento implicará costos futuros de 20.220 millones de euros sufragados por las empresas.
El Ejecutivo español nada contra corriente. La postura de los lobbies ecologistas fue barrida de un plumazo cuando la UE consideró verde la energía nuclear al no emitir gases de efecto invernadero en su producción. Aun así, Sánchez se mantiene en sus trece y apuesta por eliminar en territorio español todo proyecto en este sentido. Mientras, España compra energía a Francia producida por sus centrales nucleares.
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