Lago Neagh invadido por las algas
Un alga tóxica sume al mayor lago del Reino Unido en una crisis ambiental
Despierta preocupaciones serias respecto a la salud pública, ya que el 40 % del agua potable de Irlanda del Norte procede de este lago
Aunque se podría considerar al Lago Ness como el lago más famoso del Reino Unido, el de mayor dimensión del país y de la isla de Irlanda se encuentra a unos 30 kilómetros de Belfast, en Irlanda del Norte, y cuenta con 388 kilómetros cuadrados, con 30 kilómetros de largo por 15 de ancho. Este icono natural británico recibe el nombre de Lago Neagh y baña cinco de los seis condados que conforman esta nación constitutiva del Reino Unido.
Sin embargo, esta gigantesca masa de agua dulce se encuentra en peligro desde hace unos años debido a las algas tóxicas presentes en ella y, en la actualidad, está en el peor momento de los últimos tiempos. Este año se han registrado 139 detecciones de crecimiento de cianobacterias (algas verdeazuladas) en el lago y sus cursos de agua circundantes, una cifra que triplica la registrada en el mismo punto en 2024 (45).
Esta invasión afecta tanto a los 400 kilómetros cuadrados de agua del lago como a sus afluentes y masas de agua periféricas más pequeñas. Las continuas floraciones de algas en el lago Neagh, que amenazan gravemente la vida acuática en sus aguas, tienen su origen en un elevado aporte de fósforo y nitrógeno.
Estos nutrientes, en exceso, provocan un crecimiento descontrolado de algas que asfixian al ecosistema. Según datos publicados por el gobierno autónomo de Irlanda del Norte, con sede en Stormont, la principal fuente de contaminación es la actividad agrícola, responsable del 62 % del total. Esta contaminación se origina principalmente en escorrentías procedentes de tierras de cultivo, fertilizantes y residuos animales.
Además, el 24 % de los vertidos contaminantes proviene de estaciones de tratamiento de aguas residuales que no funcionan correctamente, lo que agrava aún más el problema. A esto se suma un 12 % derivado de fugas en sistemas de fosas sépticas cercanas al lago. El 3 o 4 % restante corresponde a diversas emisiones industriales y domésticas que también afectan al equilibrio del ecosistema del lago.
Este deterioro ha provocado gran preocupación entre los habitantes de la zona, quienes han calificado las floraciones algales de este año como las «peores» que recuerdan. La situación ha encendido las alarmas en torno a la salud del lago Neagh y ha renovado las exigencias de actuaciones urgentes para controlar los vertidos y preservar la biodiversidad acuática del mayor cuerpo de agua dulce del Reino Unido.
También ha despertado preocupaciones serias respecto a la salud pública, ya que el 40 % del agua potable de Irlanda del Norte procede de este lago. «Los riesgos son dolores de cabeza, mareos y náuseas. A largo plazo, se pueden producir daños hepáticos o neurológicos, por lo que no es algo con lo que se pueda jugar», han explicado a Sky News miembros de la familia McErlain, que lleva generaciones pescando en esas aguas.
Las administraciones no avanzan
A pesar de los compromisos reiterados, el ejecutivo de Irlanda del Norte sigue sin avances significativos para frenar la contaminación del lago Neagh. La resistencia de sectores agrícolas y la falta de inversión en infraestructuras de aguas residuales complican la situación. Las descargas humanas, procedentes de la red pública y de fosas sépticas, representan otro 36 % del problema.
Andrew Muir, ministro de Agricultura, Medio Ambiente y Asuntos Rurales, pidió a sus colegas de gobierno que conviertan las promesas en hechos y respalden medidas concretas. «He tenido las manos atadas porque no he recibido el apoyo necesario», declaró a la emisora RTÉ. La protección del lago figura entre las prioridades oficiales, pero la ejecución no avanza: de los 37 puntos del plan de acción aprobado en 2024, solo 14 han comenzado a aplicarse.
El Programa de Acción sobre Nutrientes (PAN) plantea límites estrictos al uso de fósforo en explotaciones agrícolas y zonas de contención sin cultivo, pero enfrenta fuerte oposición política en Stormont. Tres partidos unionistas y algunos representantes de Sinn Fein impulsaron incluso una campaña para eliminar el PAN, retrasando su implementación hasta después del receso parlamentario.
Mientras tanto, la crisis ambiental se traduce en impactos económicos. La pesquería del lago extendió la prohibición de captura de anguilas durante toda la temporada de 2025, tras pérdidas de ingresos cercanas al 60 % desde 2023, sin compensación para los pescadores.
El conde de Shaftesbury, propietario del lecho y orillas, promueve un modelo de «financiación sostenible» con apoyo potencial de entidades como el National Trust. Sin embargo, activistas locales denuncian que el lago «vale más muerto que vivo» para ciertos intereses. «Lo hacemos por nuestros hijos», expresó la manifestante Patsy O’Malley Boyd, lamentando que el derecho a disfrutar de Lough Neagh esté desapareciendo.