Algas bioluminiscentes en una playa
Un mar que brilla por la noche: el misterioso resplandor azul que ya se ha visto en España
Este resplandor marino, ya inmortalizado por Julio Verne, alimentó durante siglos las leyendas de los marineros que navegaban por el Índico
Un brillo azulado en las costas de Melbourne, en Australia, ha sorprendido en los últimos días a turistas y vecinos de la ciudad. Tal y como informa CNN, la playa de St. Kilda se ha teñido de un color azul fosforito que le confiere un matiz mágico y etéreo durante las noches.
Pero esto no ocurre solo en ese arenal del sur de Australia, sino que se han dado casos muy similares en otras zonas del mundo, como Puerto Rico, Costa Rica, México o Japón, pero también en España. Este espectáculo natural se debe a la presencia de una especie de dinoflagelado marino microscópico de vida libre llamado Noctiluca scintillans, conocida comúnmente como chispa de mar.
Esta especie de microalga genera bioluminiscencia gracias a proteínas especiales llamadas luciferasa, que se activa por el movimiento de las olas y el roce de estos cuerpos en el agua. Las altas concentraciones de plancton, su principal fuente de alimento, junto con determinados factores estacionales, favorecen la proliferación de Noctiluca scintillans y originan el fenómeno conocido como «marea roja», que puede resultar tóxico para la vida acuática.
Los bañistas suelen describir la experiencia como si un fantasma luminoso los envolviera en la oscuridad, ya que estas algas emiten destellos cuando son perturbadas. Ese brillo bioluminiscente ha dado a N. scintillans nombres populares como «Fantasma de Mar» o «Fuego de Mar».
En sí misma, N. scintillans no parece ser directamente tóxica. Sin embargo, cuando su población crece de forma explosiva y consume grandes cantidades de fitoplancton, acumula niveles elevados de amoníaco. Este compuesto es liberado posteriormente al medio, lo que, sumado a los compuestos neurotóxicos generados por otros dinoflagelados como Alexandrium spp. o Gonyaulax spp., puede provocar la mortalidad masiva de organismos acuáticos en la zona afectada.
Las investigaciones han vinculado las floraciones más frecuentes e intensas con el calentamiento de los océanos. A medida que el agua se calienta, las capas oceánicas se mezclan menos, lo que a su vez dificulta la correcta mezcla de nutrientes, creando condiciones favorables para las algas, explicó Richard Pensak a CNN, ecólogo marino y coordinador de Earthcare St Kilda. «Puede ser un indicio de un océano en mal estado», añadió.
Este resplandor marino, inmortalizado por Julio Verne en Veinte mil leguas de viaje submarino cuando describió el paso del Nautilus a través de una capa fosforescente –atribuida en la novela a innumerables animales luminosos–, alimentó durante siglos las leyendas de los marineros que navegaban por el Índico. El fenómeno fue documentado en la bahía de La Habana en 1857-1858 por Eduard R. Zimmerman, aunque sin detallar el color de la bioluminiscencia observada.
A partir de 1915, los registros científicos comenzaron a multiplicarse y hoy se conocen más de 200 «mares de ardora» en todo el mundo, la mayoría concentrados en el noroeste del océano Índico y en aguas cercanas a Indonesia. También se han reportado espectáculos similares en la costa de Somalia, la fachada atlántica gallega y la bahía Fosforescente de Puerto Rico.
En 2005, un equipo del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos y del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey, liderado por el científico Steve Miller, logró captar por primera vez este fenómeno desde un satélite oceanográfico. Las imágenes fueron publicadas en noviembre de ese mismo año en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Playas de España donde se puede ver
En concreto, en Galicia las zonas más habituales para ver este fenómeno son las de la Costa da Morte, sobre todo en la playa de Carnota, o en las islas Cíes y Ons. En Asturias se ha detectado en la playa de Xivares, mientras que en el caso de Murcia se han avistado en la playa de Águilas.