Vista general de la playa de Barrica
Descubren una glaciación en Vizcaya de hace 80 millones de años que cuestiona los modelos climáticos actuales
Cuestiona una de las ideas más asentadas en la paleoclimatología: que durante el Cretácico y, en general, durante el Mesozoico, el planeta se encontraba en un estado de «superinvernadero»
Un consorcio internacional integrado por 16 investigadores de España, Reino Unido, Francia y Estados Unidos, encabezado por Juan Pedro Rodríguez-López, del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales (IUCA) de la Universidad de Zaragoza (Unizar), ha confirmado la existencia de una glaciación en los acantilados de Vizcaya durante el Cretácico superior, concretamente entre hace 82,8 y 80,96 millones de años. Este hallazgo resulta especialmente sorprendente porque se produjo en latitudes extremadamente bajas y obliga a replantear de forma profunda los modelos climáticos que describen el pasado de la Tierra.
El descubrimiento cuestiona una de las ideas más asentadas en la paleoclimatología: que durante el Cretácico y, en general, durante el Mesozoico –un intervalo comprendido entre hace 252 y 66 millones de años– el planeta se encontraba en un estado de «superinvernadero». Según este paradigma, las temperaturas globales habrían sido excepcionalmente elevadas y no existiría hielo permanente en los polos ni en latitudes medias o bajas. Sin embargo, las evidencias halladas en Vizcaya contradicen frontalmente esta visión.
La denominada Glaciación de Barrica revela la presencia inequívoca de glaciares de marea (tidewater glaciers), cuyos frentes de hielo alcanzaban directamente el océano, en una latitud cercana a los 35 grados norte. Este dato resulta especialmente llamativo, ya que coincide con uno de los periodos más cálidos de todo el Mesozoico según los modelos climáticos tradicionales. Durante aproximadamente 1,84 millones de años, estos glaciares desembocaron en el mar, generando grandes icebergs que se desprendían del frente glaciar y dejaban tras de sí depósitos glaciomarinos en el norte de la península ibérica.
Según explica Rodríguez-López, no se habían documentado glaciares que alcanzaran el océano a latitudes tan bajas desde el episodio «icehouse» del Carbonífero-Pérmico, ocurrido hace entre 300 y 255 millones de años. Por ello, el hallazgo de Barrica supone un auténtico cambio de paradigma, ya que obliga a cuestionar la base de los modelos paleoclimáticos empleados hasta ahora para el Mesozoico.
El estudio, desarrollado en el marco del proyecto DEEPICE, sugiere que los indicadores paleoclimáticos actuales podrían haber sobrestimado de manera sistemática las temperaturas del Cretácico. Esta revisión resulta clave, ya que la correcta interpretación de los climas del pasado es esencial para mejorar la fiabilidad de las proyecciones futuras del cambio climático global. Los datos obtenidos en Barrica aportan información crítica para refinar los modelos climáticos y comprender mejor cómo responde el sistema terrestre a episodios de calentamiento extremo.
Además, el afloramiento de Barrica, situado a apenas 16 kilómetros al norte de Bilbao, constituye uno de los registros glaciomarinos mejor conservados del planeta. Su valor científico lo convierte en una referencia internacional para la sedimentología glacial y en un análogo terrestre de gran interés para el estudio de lunas y planetas helados.
Este avance ha sido posible gracias a una amplia colaboración internacional y al uso de una metodología multiproxy de vanguardia, que combina análisis sedimentológicos de alta resolución, bioestratigrafía, microscopía avanzada, tomografía de rayos X y dataciones geocronológicas. Este enfoque establece nuevos estándares para la identificación de glaciaciones crípticas a lo largo del Mesozoico.