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Laboratorio de IBM en Albany (Nueva York, EE. UU)

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Inversión

Nunca es tarde para una Ley Europea de chips

La UE pretende que Europa fabrique el 20 % de los chips mundiales y fortalecer su presencia en un sector dominado por Asia

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, puso sobre la mesa una solución para la escasez de chips que ha puesto en juego la economía mundial. Lo hizo en el Debate sobre el Estado de la Unión, que pronunció en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) el pasado mes de septiembre. Von der Leyen destacó en su discurso la importancia de que la UE invierta en su «soberanía tecnológica» y doble la inversión en transformación digital «de acuerdo con sus propias normas y valores».

La presidenta de la Comisión Europea puso el énfasis de esta parte de su intervención en los semiconductores, esos «chips minúsculos que hacen que todo funcione». «No hay sector digital sin los chips», ha dicho, para después advertir de que la producción mundial está funcionando «a medio gas» por la «creciente demanda y la escasez».

Dependencia de Asia

«Dependemos de los chips fabricados en Asia», ha lamentado la alemana, para después recalcar que avanzar en este aspecto «no es sólo una cuestión de competitividad, sino también de soberanía tecnológica», Por eso, ha avanzado que Bruselas propondrá una Ley Europea de Chips.

El objetivo será «crear conjuntamente un ecosistema de chips europeo de última generación» que «garantice la seguridad de suministro y desarrolle nuevos mercados para una tecnología europea pionera».

El 20 de enero de 2022 ajustó aún más la propuesta de independencia tecnológica de la UE anunciando q la intención de Bruselas de presentar en febrero una propuesta que permita canalizar ayudas públicas para financiar la instalación de centros de producción de microchips en los países de la UE, ante los problemas de suministro sufridos por el mercado comunitario.

Von der Leyen adelantó que «adaptaremos mejor nuestras reglas en materia de ayudas de Estado bajo estrictas condiciones, lo que permitirá dar apoyo público, por primera vez, a instalaciones de producción europeas».

El dinero público regará la producción de chips con el visto bueno de la UE. Ahora queda por saber como conseguirán que se lleve a cabo esa propuesta en cada país y, sobre todo, pondrá a prueba la capacidad de Europa para construir y poner a funcionar las mastodónticas fábricas de un tipo de tecnología tan precisa

Planta de chips

El Brexit ya le pasó la primera gran factura a Reino Unido cuando Intel decidió no construir una planta de chips en su territorio. Una inversión de 95.000 millones de euros en los próximos diez años para equilibrar la producción de semiconductores con el Viejo Continente. 

Estados Unidos produce el 12 % del total mientras que Corea, de la mano de Samsung, produce el 70 %. Europa quiere entrar con el 20 % y Alemania parece que es el destino con más opciones. 

En España destaca el caso de León. El  ayuntamiento de la ciudad ha acordado por unanimidad ofrecer la ciudad a Intel para asentar la instalación de la planta de microprocesadores que planea levantar en Europa. 

La inversión en algo así es millonaria y los primeros cuatro años no ofrece un rendimiento total hasta que se ajusta toda la maquinaria. 

Europa llega tarde a librar la batalla contra la escasez de semiconductores para esta crisis, pero su plan supondrá un respiro para el sector y fortalecerá a Europa en un futuro tecnológico. 

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