Las tarjetas SIM son un agujero de seguridad importante
Caso Pegasus
Si tienes una SIM en el móvil, olvídate de la privacidad
La histórica tarjeta de plástico es la responsable de facilitar el acceso a los móviles de forma remota
Había algo en los móviles que no transmitía confianza. Algo pasado de moda que no estaba en sintonía con los nuevos tiempos. Móviles caros, hiperconectados, aplicaciones para chatear, hablar y hacer videollamadas, Internet de alta velocidad… y qué pinta en todo este despliegue tecnológico una tarjeta de plástico con un chip en medio.
eSIM
En su momento, allá por 2000, se crearon para conectar los móviles a las líneas de las compañías y prevenir el fraude de esos años en los que tener un móvil era algo caro para lo que ofrecía. Esa tarjeta ha ido menguando, pero sigue presente en más del 90 % de los terminales.
Apple lleva años intentando quitar de sus móviles la bandeja de la SIM y ganar espacio como ya hizo con la conexión de los auriculares. Los rumores sobre el iPhone 14 aseguran que alguno de los modelos que vean la luz en septiembre de 2022 llegarán sin espacio para la tarjeta SIM y con la opción de gestionar dos eSIM.
La eSIM es una tarjeta virtual que tienen algunas compañías, no todas, y que nació para activar en la red de datos dispositivos como los relojes inteligentes y otros que por su tamaño no pueden incorporar una SIM. El usuario puede añadir desde su móvil una eSIM en unos pocos pasos y mantener su móvil al margen de tarjetas físicas.
Las tarjetas SIM son un agujero de vulnerabilidad muy importante. Las operadoras compran las tarjetas a terceras compañías que llevan un código Ki (Authentication Key) para gestionarlas de manera remota y permitir la conexión a las redes de datos.
Caso Snowden
El caso Snowden destapó en 2014 los escándalos de espionaje de la NSA. Entre aquellos documentos se encontró cómo la agencia interceptó correos de la empresa fabricante de SIM Gemalto y de trabajadores de sus sedes en Alemania, México, Brasil, Canadá, China, India, Italia, Rusia, Suecia, España, Japón y Singapur.
La NSA buscaban los códigos Ki que los fabricantes de tarjetas envían a sus clientes para interceptarlos y controlar los datos de esos teléfonos. Un escándalo sin precedentes.
En julio de 2021, Szabolcs Panyi, el periodista húngaro que fue víctima del espionaje de Pegasus por, al parecer, mandato de Orban aseguraba en una entrevista que «la única forma de evitar el espionaje es no tener una tarjeta SIM».
En España, el periodista Ignacio Cembrero fue presuntamente espiado por el Gobierno de Marruecos también con el programa Pegasus. El caso está en la Fiscalía de Madrid y su móvil fue entregado a la sección de Criminalidad Informática para analizar cómo se cometió el espionaje.
La SIM no comparte datos concretos, pero permite clonar el terminal y replicar su uso en otro dispositivo, algo que denunció Cembrero cuando los informes incluyeron la reproducción exacta de sus mensajes de WhatsApp con altos cargos del Gobierno español.