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Europa sigue sin una fábrica de chips que le otorgue independencia

Europa sigue sin una fábrica de chips que le otorgue independencia

Europa ante su gran dilema: regular menos o depender de la tecnología extranjera

Drahgi, Musk y ahora la propia UE alertan de que Europa carece de un marco coordinado y de escala suficiente para transformar su potencial en liderazgo tecnológico

Thibaut Kleiner, director de Future Networks en la Comisión Europea, aseguró en el 'Foro sobre el Internet de la próxima generación' 2025 que el 80 % de la tecnología utilizada en la UE proviene de fuera del continente. Además, dice que el 70 % del mercado europeo de la nube está dominado por gigantes no europeos, lo que implica un gasto anual de 264.000 millones de euros en productos y servicios digitales no europeos, en su mayoría propietarios. Europa tiene un problema y no es nuevo: una dependencia excesiva de las grandes tecnológicas extranjeras, especialmente estadounidenses y asiáticas.

Fue tras la pandemia cuando Europa despertó de un letargo de años. Aunque más que letargo es falta de interés. El divulgador Esteve Almirall daba algunas respuestas interesantes sobre esto con motivo de la presentación de su libro Qué hacer cuando todo cambia (Planeta, 2025). «Mientras en China aplauden a DeepSeek, aquí celebramos multar a Meta. Nuestro foco no está en competir», advertía y criticaba la falta de un sector digital fuerte en Europa: «Nuestras 30 mayores empresas son las mismas que hace 70 años. En EE.UU. y China, el top se renueva constantemente».

A pesar de contar con talento y comunidades de desarrollo tecnológico, como las NGI (Next Generation Internet), Europa no ha logrado capitalizar económicamente estos esfuerzos. El valor generado por el software de código abierto, donde Europa invierte considerablemente, termina beneficiando principalmente a grandes empresas estadounidenses. El problema, según Kleiner, no es la falta de talento o creatividad, sino la ausencia de un marco coordinado que transforme estos desarrollos en soluciones soberanas y sostenibles.

El informe Draghi

El informe Draghi ha sido clave en el debate sobre la soberanía tecnológica europea. El economista y expresidente de Banco Central Europeo advertía sobre la urgencia de invertir en capacidades tecnológicas propias y reducir la fragmentación del mercado digital europeo. Su informe subrayaba la necesidad de políticas industriales más ambiciosas, inversión pública y privada coordinada, y la creación de campeones tecnológicos europeos capaces de competir globalmente. Fue otro toque de atención a un viejo continente que daba señales de estar anquilosado en laberínticas tramas burocráticas. De hecho, durante la redacción de este informe Elon Musk visitó personalmente a Draghi en una reunión donde se gestaron algunos de los puntos más controvertidos.

El informe Draghi ha sido clave en el debate sobre la soberanía tecnológica europea

Una vez publicado, Elon Musk fue crítico con la burocracia europea. En un mensaje en X argumentó que los excesos regulatorios y la lentitud administrativa dificultan la innovación y la competitividad frente a potencias como EE.UU. y China. «La crítica de Mario Draghi es acertada. Una revisión exhaustiva de las regulaciones de la UE para eliminar reglas innecesarias y agilizar la actividad en Europa revitalizaría el crecimiento y fortalecería la competitividad. Las cosas deberían ser legales por defecto, en lugar de ilegales por defecto», escribía.

Musk conoce el mercado europeo porque vende sus Tesla al otro lado del Atlántico, por ejemplo, y sostiene que, aunque la regulación puede proteger valores fundamentales, el exceso de normas ralentiza la adopción de nuevas tecnologías y desincentiva la inversión privada en sectores estratégicos.

Fabricar chips en Europa

La fabricación de chips es uno de los ejes estratégicos para la soberanía tecnológica europea. La UE ha lanzado iniciativas como la 'Ley de Chips', que busca atraer inversiones y fomentar la producción de semiconductores en territorio europeo. El objetivo es reducir la dependencia de Asia en componentes críticos y asegurar el suministro para industrias clave como la automoción, la salud y la inteligencia artificial. Además, la nueva 'Ley de desarrollo de la nube y la IA' pretende triplicar las capacidades actuales de infraestructura digital y apostar por arquitecturas federadas y servicios soberanos que protejan los datos sensibles y respeten los derechos fundamentales.

TSMC en Dresde (Alemania) es todo lo que sabemos de una fábrica de chips en suelo europeo. En 2023, la empresa taiwanesa junto a las alemanas Bosch e Infineon y la holandesa NXP Semiconductors quieren construir una compañía de semiconductores en la que invertirán 10.000 millones de euros y crearán 2.000 empleos directos de alta tecnología.

Burgos fue la ciudad elegida para proclamar la independencia española de chips semiconductores

En España, hace un año, Burgos fue la ciudad elegida para proclamar la independencia española de chips semiconductores. El objetivo es crear un nuevo material único, 100 % español, para la fabricación de semiconductores más baratos, eficientes y viables económicamente que reduzca la dependencia española de terceros países.

El resultado de la unión de sus fuerzas es el consorcio DioSic (acrónimo de Diodo & SiC: carburo de silicio), dentro del PERTE de Microelectrónica y Semiconductores, conocido como PERTE Chip.

En 2025 ha surgido una nueva iniciativa. En Cerdanyola del Vallès (Cataluña), se quiere levantar Innofab. Un centro tecnológico de preproducción de chips, cuya construcción se inició en 2024 y que representa una inversión de 300 millones de euros. Se espera que esté plenamente operativo en 2026, generando alrededor de 200 empleos directos.

La ubicación estratégica de Innofab, adyacente al Sincrotrón Alba, facilita una sinergia entre ambas infraestructuras para potenciar la investigación y el desarrollo de semiconductores basados en materiales como el grafeno.

Un dilema estratégico

Europa se encuentra ante un dilema estratégico: posee talento y recursos, pero carece de un marco coordinado y de escala suficiente para transformar su potencial en liderazgo tecnológico.

Las propuestas para fabricar chips requieren una implementación mucho más ágil, ambiciosa y menos burocrática

La fragmentación regulatoria, la falta de campeones industriales y la dependencia de infraestructuras críticas externas son obstáculos que deben superarse en los próximos años. Las propuestas para fabricar chips, fortalecer la nube europea y regular la IA son pasos en la dirección correcta, pero requieren una implementación mucho más ágil, ambiciosa y menos burocrática para que Europa no solo sea consumidora, sino también creadora y dueña de su futuro digital.

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