
Dos personas recogen aceitunas, en un olivar de Holguera (Cáceres)
Los agricultores de Túnez cobran más por su aceite de oliva virgen extra que los españoles
Un productor de aceite de oliva tunecino vende más caro el fruto de su trabajo que uno español. Los costes agrícolas son considerablemente superiores en España, en especial en lo que respecta a la mano de obra; sin embargo, las leyes del mercado condicionan el precio en origen del aceite nacional.
El informe semanal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que compara las cotizaciones del aceite de oliva español con competidores del panorama internacional evidencia el bajón continuado del oro líquido en España.
El precio del aceite de oliva virgen extra español ha caído en origen un 51,39 % en lo que va de campaña y se sitúa un 55,30 % por debajo de lo que marcaba a estas alturas, en la semana 23, en 2024.
El valor del aceite de oliva español la semana pasada, última de la que hay referencias de los competidores internacionales, fue de 3,526 euros el kilo, un 172,2 % menos que los 9,6 euros por kilo del italiano y un 7,2 % por debajo de los 3,78 euros del tunecino.
«Hay que tener en cuenta la cantidad de producción. En España producimos 1,4 millones de toneladas de aceite y a eso hay que darle salida. Estos países, en comparación con España, tienen poca cantidad y la tienen vendida», apunta en conversación con El Debate Luis Carlos Valero, responsable del grupo de aceite de oliva de Asaja y experto de la organización en Bruselas.
El portavoz de la organización agraria señala que para aumentar su rentabilidad los productores españoles han de apostar por una reconversión del olivar. «La forma de ganar más dinero es reducir costes y eso pasa por mecanizar los procesos, no por subir precios. Al final, por muy bueno que sea el aceite de oliva español, el mercado funciona por precio. Si España tiene la ventaja de ser el país que más produce hay que aprovecharlo», destaca Valero.
La producción de aceite de oliva de Italia y Túnez ronda las 200.000 toneladas; es decir, la sexta parte de la cosecha española. «El mercado es el que manda y, o vendemos barato o nos quedamos el aceite. Tenemos que saber vender, sí, pero también tenemos que saber producir más barato. Hay que centrar la estrategia en dar salida a tanto volumen porque hay países como Argentina, Turquía o Marruecos que vienen muy fuerte», precisa el experto.
Según Valero, el 45 % del aceite del mundo ya se produce con cosechadoras: «¿Qué quiere decir eso? Que casi la mitad del aceite de oliva del mundo puede venderse más barato que el nuestro y seguir ganando dinero y nosotros no. Para ser rentable hay que producir barato y vender y España con lo que produce necesita exportar mucho, lo que significa bajar precios».
El consumo anual de aceite de oliva de España se sitúa en torno a las 500.000 toneladas, por lo que la exportación es clave para la sostenibilidad de las almazaras.
El representante de Asaja insiste en que la Administración ha de incentivar a que los agricultores para que mecanicen los métodos y modernicen sus explotaciones. «La otra opción es morir. El mercado es así y siempre manda, por las buenas o por las malas», asevera Valero.