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24 de abril de 2024

El telescopio espacial James Webb

El telescopio espacial James WebbFlickr/NASA GSFC/CIL/Adriana Manrique Gutiérrez

Descubrimiento científico

Así es como el telescopio James Webb es capaz de ver el pasado

Diciembre para la ciencia pasó a ser el mes en que cambió el universo. Menos de siete meses ha tardado la NASA en publicar la primera imagen a todo color del nuevo telescopio espacial James Webb (JWST) –el más grande hasta le fecha–. La fotografía, tomada por el telescopio, muestra una parte remota del firmamento en la que las galaxias incipientes comenzaban a verse solo unos 600 millones de años después del Big Bang.
El James Webb se lanzó al espacio el pasado 25 de diciembre de 2021 para sustituir al famoso Hubble que llevaba desde 1990 orbitando al rededor de los planetas de la Vía Láctea. Es el observatorio más grande y complejo jamás lanzado al espacio, ha pasado por un período de preparación de seis meses antes de poder comenzar su trabajo científico, calibrando sus instrumentos a su entorno espacial y alineando sus espejos.
James Webb

James WebbJosé Juan Gámez Kindelan

Así funciona el James Webb

Así funciona el James WebbJosé Juan Gámez Kindelan

Una de las mayores promesas del telescopio Webb fue estudiar algunas de las primeras estrellas y galaxias que alumbraron el universo tras el Big Bang hace 14.000 millones de años. La instantánea publicada este lunes ha logrado demostrar el principio de la técnica y una pista de lo que vendrá de los instrumentos científicos que durante décadas los astrónomos han esperado para llevar a internet.
El telescopio ha estado orbitando el segundo punto de Lagrange, conocida como L2, aproximadamente a 1.609.344 kilómetros de la Tierra desde el 24 de enero. En L2, las atracciones gravitatorias del Sol y la Tierra mantienen el movimiento de Webb alrededor del Sol sincronizado con el de la Tierra.
Antes de llegar ahí, se tuvieron que desplegar las piezas del telescopio: el protector solar que mantiene a los instrumentos frescos para que sean capaces de capturar con precisión la luz infrarroja tenue, las 18 piezas chapadas en oro del espejo hexagonal.
Para todas las personas que habían trabajado en el funcionamiento de Webb el despliegue fue un momento de tensión. Había 344 puntos de único fallo, lo que significaba que si uno de ellos fallaba el que podría ser el telescopio más grande hasta el momento se quedaría como chatarra espacial. No obstante, todas funcionaron.
Los cuatro instrumentos científicos del telescopio también tenían que encenderse. En los meses posteriores a la llegada a L2, los operarios alinearon laboriosamente los 18 espejos. En abril, el Instrumento de Infrarrojo Medio, o MIRI, que requiere las temperaturas más frías, fue enfriado a menos 266 grados Celsius y entonces los científicos pudieron empezar la serie final de inspecciones. Una vez que ese y otros pasos se completaron fue momento de dar paso a la ciencia.
Este cuidadoso proceso, sin mencionar los años de desarrollo de nuevas tecnologías y planificación de la misión, ha ido evolucionando hasta lograr las primeras imágenes y los primeros datos.
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