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27 de abril de 2024

Ilustración de un satélite

Ilustración de un satélitePixabay

Un satélite chino en manos de la IA espía lugares hostiles para el régimen

La decisión formó parte de un experimento para comprobar el comportamiento de este tipo de aparatos bajo un control no humano

Un reciente experimento llevado a cabo por investigadores chinos desató inquietud entre los autores, que constataron el aparente riesgo de delegar determinadas tareas o decisiones operativas en la IA.
Durante 24 horas, un equipo de expertos de la Universidad de Wuhan encargados del control de varios satélites dejaron en manos de la inteligencia artificial el dominio parcial de uno de ellos para ver lo que ocurría.
El objetivo del experimento era comprobar cuáles serían los lugares en los que se fijaría el satélite de observación Qimingxing 1. Por esta razón, los investigadores no le dieron ningún tipo de instrucción al sistema respecto a dónde centrar la mira.
Para sorpresa de los investigadores, que han publicado los resultados en la revista Geomatics and Information Science de la Universidad de Wuhan, la IA escogió dos enclaves hostiles para el régimen comunista o que, al menos, figuran en los mapas de sus servicios militares y de inteligencia.
Uno fue la ciudad india de Patna, con la que China mantiene una disputa fronteriza que en 2020 dejó 20 víctimas mortales del ejército vecino.
Situado cerca del Tíbet, la ciudad es próxima al valle de Galwan, que fue declarado parte de la India en tiempos del colonialismo británico. China, en cambio, lo reclama para sí, lo que lo ha convertido en un punto caliente entre las dos potencias.
El otro lugar elegido por el satélite fue el puerto japonés de Osaka, que, según informa South China Morning Post, periódico que se ha encargado de recoger la investigación, «ocasionalmente alberga buques de la Marina de Estados Unidos que operan en el Pacífico».
Los investigadores dieron a la IA control total sobre la cámara del aparato, pero no de su sistema de navegación, por lo que en ningún caso pudo variar su órbita.
Los expertos desconocen las razones por las que el satélite se fijó en estos lugares y si se basó o no en los registros bélicos del país. Pero ponen de relieve, en cualquier caso, la necesidad de acotar la IA en términos militares para evitar resultados no deseados.
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