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Recreación del Coliseo de Roma en el máximo esplendor del Imperio Romano

Recreación del Coliseo de Roma en el máximo esplendor del Imperio romanoFreepik

Del fin del Imperio romano a sus tóxicos inicios: hallada la prueba más antigua de contaminación en Europa

Según el estudio, tanto la civilización griega como la posterior expansión del Imperio romano contribuyeron significativamente a la acumulación del plomo en distintos puntos del mar Egeo

En los últimos años, los principales expertos del Imperio romano y su legado han señalado al plomo como uno de los factores que pudo haber propiciado la caída del basto territorio. De igual manera, algunos de los estudios han hallado altos niveles de este metal en las tuberías de plomo que transportaban agua en las ciudades romanas.

Esto habría ocasionado distintos problemas de salud a los habitantes de los distintos territorios. De hecho, tal como señaló el estudio liderado por el Desert Research Institute (EE.UU.) y que publicado en PNAS, el posible impacto sanitario del plomo podría haber provocado descensos cognitivos generalizados de entre 2,5 y 3 puntos del cociente intelectual en todo el Imperio romano. Ahora, meses después, se conocen nuevos detalles que sugieren que la relación de Roma con la contaminación por plomo comenzó mucho antes de su auge y declive.

Un equipo de científicos alemanes, liderado por la Universidad de Heidelberg, ha descubierto que la contaminación medioambiental por plomo en el mar Egeo comenzó hace unos 5.200 años, es decir, 1.200 años antes de lo que se pensaba. Según el estudio, publicado en la revista Communications Earth & Environment, tanto la civilización griega como la posterior expansión del Imperio romano contribuyeron significativamente a la llegada y expansión del plomo en el medioambiente.

Un legado de contaminación

Tal como detalla la investigación –liderada por Andreas Koutsodendris de la Universidad de Heidelberg–, los científicos analizaron 14 muestras de sedimentos marinos recogidas entre 2001 y 2021 en diversas zonas del mar Egeo y en la turbera de Tenaghi Philippon, en el noreste de Grecia. El equipo analizó el contenido de plomo, polen y esporas en los sedimentos. De esta manera lograron reconstruir la evolución ambiental de la región y vincular los niveles de contaminación con cambios sociales y económicos de la época.

Los resultados del estudio revelaron que la primera evidencia de contaminación por plomo de origen humano tuvo lugar hace unos 5.200 años en el núcleo de Tenaghi Philippon. Esto indica que las primeras civilizaciones que habitaron la región ya estaban impactando el medioambiente con sus actividades metalúrgicas. Hay que tener en cuenta que las primeras referencias de esta contaminación por plomo estaba establecida 1.200 años después, asociada a la actividad humana registrada en las turberas de la península balcánica.

«Y dado que el plomo se liberaba, entre otras cosas, durante la producción de plata, la prueba del aumento de las concentraciones de plomo en el medioambiente es, al mismo tiempo, un importante indicador del cambio socioeconómico», avanza Koutsodendris.

La influencia romana

El estudio también revela que la contaminación por plomo aumentó de manera significativa hace aproximadamente 2.150 años, coincidiendo con la expansión del Imperio romano en Grecia. De igual manera, esta concentración de metal fue acompañada de una intensa deforestación. Esto se debe a que durante este periodo Roma intensificó la extracción de metales preciosos como el oro y la plata para acuñar monedas y fabricar objetos de lujo. Esta actividad requirió grandes cantidades de madera para alimentar los hornos de fundición, lo que provocó una deforestación masiva en la región.

Conjunto de monedas de oro y plata del Imperio romano

Conjunto de monedas de oro y plata del Imperio romanoMuseo Nacional de Antigüedades de Leiden

«Estos cambios coinciden con la conquista de la Grecia helenística por parte de los romanos, quienes posteriormente reclamaron para sí la riqueza de recursos de la región», explicó Joseph Maran, arqueólogo de la Universidad de Heidelberg y coautor del estudio.

En este punto, la presencia de restos de plomo en las distintas zonas del mar Egeo fue constante. Esto sugiere que la contaminación causada por la actividad humana en la región tuvo un impacto duradero en el ecosistema, convirtiéndose así en el primer registro mundial de contaminación por plomo en un medio marino atribuible a la actividad humana.

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