
Ilustración de una ciudad sumergida
Soline, la ciudad neolítica encontrada bajo el mar Mediterráneo que sería clave para estudiar el clima
Este descubrimiento refuerza la idea de que las civilizaciones neolíticas no eran simplemente grupos de agricultores sedentarios, sino sociedades complejas con un alto grado de organización
El descubrimiento de ciudades perdidas en las profundidades oceánicas ha transformado nuestra visión sobre las civilizaciones antiguas y su interacción con el medio ambiente. Un ejemplo destacado es el de Pavlopetri, una ciudad de más de 5.000 años de antigüedad hallada bajo las aguas frente a la costa sur de Grecia. Otro ejemplo es el de Dwarka, la ciudad que fue descubierta en 2011 bajo las aguas del golfo de Khambhat, en la India. Este asentamiento podría tener más de 9.000 años de antigüedad, lo que la convertiría en una de las ciudades más antiguas del mundo.
En este contexto, un equipo de arqueólogos ha desenterrado un asombroso asentamiento bajo las aguas del mar Adriático, cerca de la isla croata de Korčula. Nombrada Soline, esta ciudad sumergida ahora bajo cuatro metros del nivel del agua data de hace 7.000 años y fue construida por la cultura Hvar durante el Neolítico.
A diferencia de otras ciudades de esta época, la urbe no parece haber sido construida al azar. Esto se debe a que el asentamiento estaba estratégicamente situado en una red de ríos y estuarios, ofreciendo acceso tanto a recursos terrestres como marítimos.
De igual manera, este hallazgo también revelaría nuevas claves para estudiar los efectos del clima. Y es que el aumento del nivel del mar acabó por sumergir la ciudad tras la última Edad del Hielo, lo que ha despertado la curiosidad de los científicos. Aunque no hay evidencias de que estos eventos fueran catastróficos, es evidente que las personas que vivieron aquí tuvieron que adaptarse para sobrevivir.
«El paisaje es más diverso de lo que nos pensábamos», señaló el doctor Fitch, quien ha liderado la investigación. Estos utilizaron un sistema de cartografía 3D de alta resolución y análisis geo-arqueológico, permitiendo a los investigadores revelar cómo era el entorno hace miles de años.
«El descubrimiento no solo tiene importancia arqueológica, sino que también permite ver cómo las civilizaciones antiguas enfrentaron el aumento de los niveles del mar», señaló el investigador. De esta forma, el estudio de los motivos que propiciaron la desaparición de esta urbe sería clave a la hora de aplicarlo en el contexto climático actual.
Entre los hallazgos más sorprendentes en esta urbe se encuentra un camino de piedra que conectaba el asentamiento con la cercana isla de Korčula. Este camino, hecho con grandes losas de piedra, es un gran ejemplo de ingeniería neolítica. Los materiales encontrados en las cercanías dan a entender que este camino se habría construido alrededor del año 4900 a.C. Esto refuerza la idea de que las civilizaciones neolíticas no eran simplemente grupos de agricultores sedentarios, sino sociedades complejas con un alto grado de organización.
Cómo era la cultura Hvar
Este tipo de ciudades revelan la gran conexión entre la cultura Hvar y el mar. Estas comunidades prosperaron gracias a su capacidad para aprovechar al máximo los recursos marítimos y las rutas de comunicación. Asimismo, se han encontrado evidencias de herramientas, cerámicas y estructuras que sugieren un intercambio activo con otras comunidades Esto sitúa a Soline como una localización clave en la coyuntura económica de la región durante el Neolítico.
El proyecto no ha hecho más que empezar. Según los arqueólogos, las aguas del mar Adriático podrían ocultar más restos de esta y otras civilizaciones desconocidas, lo que reescribiría por completo la historia del Neolítico.