
Los aviones ya existentes podrían implemantar una tecnología de enfriamiento del planeta por geoingeniería solar
Ciencia
Una técnica de geoingeniería podría enfriar la Tierra con aviones, según un estudio
No se requeriría en ese caso el desarrollo de nuevas aeronaves de vuelo a gran altitud, según un nuevo estudio de modelado dirigido por investigadores del UCL (University College London)
Una técnica para enfriar el planeta, que consiste en añadir partículas a la atmósfera para reflejar la luz solar, podría lograrse utilizando los aviones de gran tamaño existentes. No se requeriría en ese caso el desarrollo de nuevas aeronaves de vuelo a gran altitud, según un nuevo estudio de modelado dirigido por investigadores del UCL (University College London).
Anteriormente, la mayoría de las investigaciones asumían que la técnica, conocida como inyección de aerosoles estratosféricos, se implementaría en los trópicos, por lo que requeriría aeronaves especialmente diseñadas capaces de volar a altitudes de 20 km o más para inyectar las partículas.
Para el nuevo estudio, publicado en la revista Earth's Future, los científicos realizaron simulaciones de diferentes estrategias de inyección de aerosoles y concluyeron que añadir partículas a 13 km por encima de las regiones polares podría enfriar significativamente el planeta, aunque con una eficacia mucho menor que a altitudes mayores cerca del ecuador. Aviones comerciales como el Boeing 777F podrían alcanzar esta altitud.
El autor principal, Alistair Duffey, doctorando del Departamento de Ciencias de la Tierra de la UCL afirmó en un comunicado: «La geoingeniería solar conlleva graves riesgos y se necesita mucha más investigación para comprender sus impactos. Sin embargo, nuestro estudio sugiere que enfriar el planeta con esta intervención en particular es más fácil de lo que pensábamos. Esto tiene implicaciones sobre la rapidez con la que se podría iniciar la inyección de aerosoles estratosféricos y quién podría hacerlo».
Afirmaron que la inyección de aerosoles estratosféricos a baja altitud solo podría funcionar si se realizaba cerca de las regiones polares de la Tierra. Para que sea eficaz, las partículas deben crearse en la estratosfera, una capa de la atmósfera situada por encima de la parte superior de la mayoría de las nubes, y esta capa está más cerca del suelo, más cerca de los polos.
En la troposfera, las partículas de aerosol desaparecerían rápidamente al ser atrapadas por las nubes y dispersadas por la lluvia. Sin embargo, la estratosfera es seca, estable y libre de nubes, lo que significa que las partículas añadidas permanecerían en la atmósfera durante meses o incluso años.
Los investigadores estimaron que inyectar 12 millones de toneladas métricas de dióxido de azufre al año a 13 km durante la primavera y el verano locales de cada hemisferio enfriaría el planeta alrededor de 0,6 °C. Esta cantidad es aproximadamente la misma que se añadió a la atmósfera por la erupción del volcán Pinatubo en 1991, que también produjo un descenso observable de las temperaturas globales.
En la simulación, el dióxido de azufre se añadió en latitudes de 60 grados norte y sur del ecuador. Esta latitud es aproximadamente la de Oslo en Noruega y Anchorage en Alaska; en el sur, estaría por debajo del extremo sur de Sudamérica.
Esta estrategia no es tan eficaz como inyectar dióxido de azufre a 20 km, ya que las partículas no permanecen en la estratosfera durante tanto tiempo; es decir, solo unos meses a 13 km, en lugar de varios años a 20 km.