Un estudio con sello español revela la presencia del ser humano en Guinea Ecuatorial hace al menos 45.000 años

Un equipo internacional de científicos, liderado por Antonio Rosas, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), junto a especialistas del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA), ha reunido los resultados de once campañas de excavación en Guinea Ecuatorial en un estudio publicado por la revista Quaternary International. Este trabajo pone de relieve las capacidades tecnológicas y la evolución de los Homo sapiens que habitaron la región durante más de 20.000 años, incluyendo su adaptación a entornos tan adversos como las selvas tropicales africanas.

Desde 2014, las campañas llevadas a cabo en todo el territorio ecuatoguineano han permitido identificar un total de 449 afloramientos estratigráficos, de los cuales cincuenta contienen restos materiales que evidencian la presencia humana en tiempos remotos. En estos enclaves se han hallado 868 herramientas de piedra cuya antigüedad oscila entre los 45.000 y los 21.000 años antes de nuestra era, correspondientes al final del Paleolítico Medio africano o Middle Stone Age, una etapa comprendida entre los 300.000 y los 25.000 años antes del presente.

«Estos datos indican que las poblaciones del Paleolítico Medio persistieron en esta región incluso cuando en otras zonas del continente ya se había desarrollado el Paleolítico Superior», explicó Antonio Rosas.

El estudio no solo confirma la presencia de los primeros Homo sapiens en Guinea Ecuatorial, sino que revela que su ocupación fue más extensa y continuada de lo que se había considerado hasta ahora. Estas conclusiones se alinean con un trabajo anterior del mismo equipo, publicado en enero en Quaternary Science Reviews, en el que se constataba la sofisticación tecnológica y cultural de estas comunidades.

En el yacimiento de Río Campo se documentaron más de 400 herramientas líticas, entre ellas puntas bifaciales, asociadas a actividades de caza y tratamiento de materiales. Este hallazgo subraya, según Rosas, la capacidad de adaptación de los humanos modernos a entornos especialmente exigentes: «Se trata de evidencias de cómo los humanos modernos se adaptaron a entornos tan complejos como las selvas ecuatoriales africanas». Asimismo, la datación de estas piezas entre los 45.000 y 20.000 años sugiere una transmisión técnica sostenida a lo largo de milenios.

Este estudio también plantea una revisión de los modelos clásicos de evolución humana en África, tradicionalmente representados como una progresión lineal. En contraste, los hallazgos en Guinea Ecuatorial dibujan un panorama más ramificado y plural, con diversas especies de homínidos que coexistieron y se adaptaron de forma paralela a distintos ecosistemas, lo que rompe con la imagen de una única línea evolutiva.

Además, pone de relieve el valor de las regiones húmedas de África Central, poco exploradas hasta ahora, en el estudio de la evolución humana. «La visión tradicional asumía una ocupación humana tardía en las selvas ecuatoriales africanas, pero tanto en este trabajo como en el anterior hemos confirmado su presencia en estos entornos tan hostiles», afirma Rosas.

El equipo espera arrojar luz sobre cuestiones todavía abiertas, como el origen de las poblaciones humanas que habitaron estas zonas. «No se descarta que sean descendientes de poblaciones presentes en la región desde hace más de 250.000 años, aunque una hipótesis que se pretende contrastar es la posible influencia de migraciones humanas desde el este de África, coincidiendo con una gran expansión demográfica hace unos 70.000 años», apunta el investigador del MNCN-CSIC.

«Aunque persisten muchas incógnitas, los avances alcanzados desde el inicio de este proyecto transdisciplinar han sido significativos y han contribuido a iluminar un capítulo prácticamente desconocido de la evolución humana en el África Central», concluyen los investigadores.