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Aurora Boreal Islandia

Aurora boreal

Ciencia

Varias aurorales boreales iluminaron Reino Unido este mes: ¿a qué se debe este extraño fenómeno?

  • Las auroras boreales se producen debido a la interacción entre átomos y moléculas de la atmósfera terrestre con erupciones solares

  • Esta unión, protagonizada por tormentas solares mucho más intensas, provoca que puedan verse estas luces del norte en lugares realmente impropios

El pasado 1 de septiembre, una potente aurora boreal iluminó los cielos de gran parte de Reino Unido y Escocia, provocando un fenómeno nocturno impropio en esta parte del mundo. La visualización de auroras en el cielo británico no es del todo nueva. Ya en los últimos meses su aparición ha sido más común de lo habitual.

De igual manera, el Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) comunicó hace pocas semanas que podría generarse auroras visibles desde trece estados de Estados Unidos.

Nuestra estrella, responsable de este fenómeno

Históricamente, los mejores lugares para ver auroras boreales están cerca del Círculo Polar Ártico, incluyendo la Laponia sueca y finlandesa, Noruega (Tromsø, Lofoten), Islandia, el norte de Canadá (Yukón) y Alaska (EE.UU.). Estos destinos ofrecen noches largas y oscuras, necesarias para presenciar este fenómeno.

Estas luces del norte se ven de manera más definida en el hemisferio norte debido a que las partículas cargadas del Sol, al ser atraídas por el campo magnético terrestre, entran en la atmósfera cerca del Polo Norte. Allí, estas partículas chocan con gases atmosféricos, como oxígeno y nitrógeno, que desprenden luz de distintos colores, lo que nosotros vemos como auroras.

Ahora, la gran duda que surge es por qué estas luces del norte se han visto en lugares totalmente impropios. La respuesta es simple: nuestra estrella.

Cada 11 años aproximadamente, el Sol atraviesa un ciclo realmente caótico, manifestado en distintas erupciones solares. Esto ocurre cuando dos ciclos magnéticos solares se superponen y compiten entre sí, provocando alteraciones violentas en la corona solar. Como resultado de este fenómeno se generan regiones en las que el campo magnético solar se abre al espacio, conocidas como agujeros coronales y traducidos en fuertes vientos solares.

Estos inmensos vientos serán más fuertes que nunca a lo largo del presente año, cuando el Sol entre en su «zona de combate» o «zona de batalla», con un mayor número de tormentas geomagnéticas intensas. Como consecuencia, los expertos ya aseguran que la actividad geomagnética podría aumentar un 50 % en la atmósfera superior de cara al año 2028.

En este contexto, hay que recordar que las auroras boreales se producen debido a la interacción entre átomos y moléculas de la atmósfera terrestre con erupciones solares. Esta unión, protagonizada por tormentas solares mucho más intensas, provoca que puedan verse estas luces del norte en lugares realmente impropios.

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