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28 de marzo de 2024

Ángel Cristo y Bárbara Rey, durante su matrimonio

Ángel Cristo y Bárbara Rey, durante su matrimonioAntena 3

‘Una vida bárbara’

Barbara Rey denuncia la tortura física y psicológica a la que le sometió Ángel Cristo

Asegura en su docuserie que fue violada por el domador

Había leones, pero la fiera era Ángel Cristo. El tercer episodio de Una vida bárbara fue un durísimo repaso por una relación más que tormentosa, en la que ella fue maltratada física y psicológicamente, según denunció.
Entre 1979 y 1980 la vida sentimental de Bárbara Rey fue muy agitada. En primavera puso fin a su relación con Joaquín Garrigues Walker. Después conoció a Paquirri: Que a mí no me gusten mucho los toros no quiere decir que no me gustara Paquirri. Nadie se acuerda de los ojos que tenía Paquirri. Eran la leche. Eran para quedarse hipnotizada viendo ese color de ojos tan maravilloso. Qué guapo». «Empezamos una pequeña relación. Que no fue más allá de unos meses viéndonos de una foma esporádica». En todo caso, ella era la otra. La oficial era Lolita: «A mí el me dijo que no», que no estaba con ella, precisa Rey.
Lo de Paquirri, fuese lo que fuese, acabó en octubre de 1979. Y entonces llegó Ángel Cristo. «Ángel, cuando yo lo conocí, tenía una cara preciosa», recordó. «¿Que era bajito? Pues sí. Pues más manejable…», reflexiona con humor. «Ni bebía. A mí me encantaba el sabor de su boca. Como no fumaba, tenía un sabor limpio. Y tenía unos dientes preciosos…», se extiende la actriz en detalles.

Un amor precipitado

Ángel Cristo estaba aún convaleciente por la muerte de su mujer, Renata Tantons, domadora de elefantes. Aquello lo había sumido en la depresión. Y en eso apareció Bárbara. Se enamoró. Se casaron al poco. «Voy a dejar de trabajar porque, de momento, mi trabajo no es compatible con la vida de mi futuro marido. No creo que con el tiempo lo sienta», anunció ella, solemne, a comienzos de 1980. Ese fue el año de su boda. Todo empezó a cambiar justo tras la ceremonia: «Cuando entramos en la habitación, empezó ya a renegar de la habitación. A protestar por los grifos, la bañera, el colchón... En aquel momento pensé yo: qué distinto es a lo que era hace horas». Fue solo el inicio.
Carteles del circo en los que se anunciaba Bárbara Rey pese a que no actuaba

Carteles del circo en los que se anunciaba Bárbara Rey pese a que no actuabaAntena 3

A la vuelta de la luna de miel se encontró con que los carteles del circo la incluían a ella. Las funciones se llenaban. Ella se anunciaba, pero no actuaba. «Una vez casi nos tiran la caravana abajo. Causaba un rechazo al público tremendo». Se sentía culpable, puesto que el público pensaba que se negaba a trabajar. Así que su marido le dijo que se sumase a las funciones. Le dio el mismo número que a Renata, su fallecida mujer. La actriz pasó a ser domadora de «elefantas».
Ángel Cristo con su primera mujer

Ángel Cristo con su primera mujerAntena 3

La primera bofetada

Recuerda la primera bofetada. Ella había ido a Madrid. Coincidió en el aeropuerto con Paquirri. Se saludaron. Y nada más. Así se lo contó al domador. La reacción fue violenta: «Te vas a Madrid para verte con tu amante», le reprochó. «Ahí fue la primera vez que me pegó una bofetada que me tiró al suelo», recuerda.
Pasó a estar «secuestrada» por él. «Me ha pegado muchas veces, pero los maltratos psíquicos fueron más que los físicos», afirma. Le decía barbaridades: «Lo único que te queda es ponerte de pu… en una esquina».
Recuerda una noche en especial. Le pegó: «Casi me mata». Al amanecer, quiso tener relaciones sexuales. «Me quedé embarazada». Así se concibió su primer hijo, Ángel. Cuando nació, él fue a verla con la hija de una gran amiga. Estaba «liada» con ella.
En los primeros cuatro meses de su segundo embarazo perdió seis kilos. Estaba en permanente tensión por temor a las agresiones. Trabajó en el circo hasta los ocho meses de embarazo. Cuando ella nació, él se plantó en el hospital, de nuevo con su amante. Cogió al bebé: «No he visto en mi vida una niña más fea».
Las agresiones ya eran por entonces algo común. «Cuando murió Paquirri, ella lloró: «Me dio una bofetada que por poco me parte el cuello». Los comentarios subieron el tono: «Me amenazaba con matarme y matar a mis hijos».

La espiral de las drogas

Aún fue a peor. Ángel, que tenía «una enfermedad por la se le pegaban las vértebras» empezó a recurrir a la cocaína para aliviarla. Corría 1988. Para Bárbara, el peor año de su vida. Al siguiente se divorciaron: «Me hizo renunciar a todo». Recibía 500.000 pesetas al mes para pagar los gastos de casa y de los niños. Pero aún así no la dejaba en paz. En una ocasión fue a su vivienda totalmente fuera de sí: «Me violaba escupiéndome en la cara», recordó entre lágrimas.
De la mayoría de estos episodios eran testigos sus hijos. «Teníamos miedo de mi padre», reconocen los dos en la docuserie.
Manejaba una pistola. Y con ella le disparó a las piernas, esas extremidades largas de las que todo el mundo hablaba. Falló: «La bala se clavó en la cómoda».
En otra ocasión, también en su casa de La Moraleja, la arrastró por los pelos, golpeó su cabeza contra el suelo y la amenazó con un cuchillo de su hijo. Un fotógrafo, que iba a hacer un reportaje en la casa, le salvó la vida.
«No supo quererme. Tenía un monton de complejos y era un hombre muy violento», concluye Bárbara Rey.
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